La Joya de Tempestad (Partida)

Rapido hermanos acabar lo que esteis haciendo y salgamos corrieod al puesto de guardia mas cercano, tenemos que llegar hasta la sala de maquinas principal, si hay algun problema, tenemos que solucionarlo automaticamente ahi, si hay algun desperfecto por esta zona no pasa nada.

Mientras decia esto un par de pequeñas sacudidas se hacen notar, parecian pequeños impactos o explosiones y acto seguido un par de cañerias de vapor rebientan creando una cortina de humo blanco que corta la vision de lo que se extiende mas alla del pasillo.

Vamos dejarlo todo, recojer herramientas y salgamos corriedo de aqui, oficial Jerik deje el intercomunicador y corra.

Atravesamos todos los miembros del culto de la maquina la cortina de vapor y salimos corriendo por el pasillo, pasamos por encima de los restos carbonizados del charco de liquido amarillo, y en menos de lo que creiamos encontramos un puesto de guardia, lugar donde en estos casos tenemos que llegar para formar una defensa decente delante de invasores en la nave. La ultima vez que los usamos fue contra una pequeña partida de piratas.

"Alerta de Invasión! ¡Alerta de Invasión! ¡Todos los hombres reporten a sus puestos de combate! ¡Esto no es un simulacro! ¡Repito! ¡Alerta de Invasión! ¡Alerta de Invasión! ¡Todos los hombres reporten a sus puestos de combate!"

Vaya, parece ser que mi agradable vibroducha tendrá que esperar. Cojo el Wiston y me lo guardo en uno de los compartimentos de munición de mi servopeto, parece que el humo de la victoria también tendrá que esperar.

"Señores, nos reclaman en nuestro puesto favorito, el de combate. Debe de ser que lo que estábamos haciendo aquí era tomar té y pastitas con el Emperador". Con unas risas nerviosas los guardias sueltan algo de presión, sin duda lo necesitan.

Con un gesto de asentimiento hacia Itnas y Lukas, preparamos nuestras armas y nos ponemos en marcha de nuevo hacia los puestos de combate. De camino, discretamente, saco mi intercomunicador y sintonizo el dial de la Hermana Superiora. "Hermanas, código púrpura bermellón. Sugiero procedimiento Sierra Tango Romeo India Kilo Echo. Prioridad roja vigilar el metacolumpio. Prioridad verde asaltar la pastelería".

Un suspiro preocupado llega desde el otro lado de la línea seguido de la voz de la Hermana Superiora: "Entendido Hermana Lucía, El Emperador Protege".

Corto la comunicación mientras por segunda vez en lo que va de día encomiendo mi alma a los santos patrones del Imperio. Poco antes de entrar en la sala de guardia comienzo a entonar a viva voz el séptimo capítulo de las Letanías del Hermano Jeremías.

"Y los enemigos del Hombre temblarán pues El Ángel del Señor bajará de los cielos envuelto en llamas sagradas para erradicar la mancha de la inmundicia de entre los fieles. Y los justos se regocijarán pues no habrá piedad para los infieles".

Justo cuando nos dirigiamos a uno de los aseos mas proximos para que la hermana Lucia pudiera purificar su armadura y su cuerpo...umm esto hubiera sido interesnate verlo...suenan las alarmas de la nave.

"Alerta de Invasión! ¡Alerta de Invasión! ¡Todos los hombres reporten a sus puestos de combate! ¡Esto no es un simulacro! ¡Repito! ¡Alerta de Invasión! ¡Alerta de Invasión! ¡Todos los hombres reporten a sus puestos de combate!"

Bueno,pues al parecer vamos a tener fiesta,por fin conoceremos la verdadera naturaleza de nuestro enemigo.

Preparamos nuestras armas,nos miramos con complicidad y rapidamente nos dirigimos al puesto de guardia mas cercano, alli montaremos una defensa,una defensa que se van a cagar se quien sea nuestro enemigo...

Bueno, ya hemos esperado demasiado tiempo... y por mi parte tb, que entre una cosa y la otra...

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Los pasillos de la nave están llenos de ajetreo. Guardias que corren de un lado para otro, sirenas, tripulantes frenéticos, y de vez en cuando escucháis un tiroteo al fondo.

Tras un buen rato corriendo llegáis a vuestro destino. Imagionaos un largo pasillo por el que cabrían dos camines y al final una enorme puerta de metal de autosellaje. Hay dos Guardias en una especie de trincheras hechas con cajas de embalaje que apuntan a la lejanía con un bólter de asalto. A demás, otros cinco Guardias con Rifles Láser están apostados con caras de pocos amigos en otras tantas coberturas.

Al llegar, un teniente os hace señas hacia la puerta de sellaje y pasáis como una tromba. En interior es una especie de barracón. Tiene varias salas estrechas y armerías, y parece casi un búnker. Un Guardia que tiene los galones de Capitán os hace gestos.

- ¡Demonios, sí que han tenido suerte! - masculla - ¡Están por toda la maldita nave! ¡¿De dónde han salido?!


Podéis hacer varias cosas. Hay un intercomunciador para hablar con el puente de mando. También podéis hablar con el capitán. Si no, podéis hacer cualquier otra cosa... la armería está abierta ahora, podéis tartar de comunicar con otros sectores de la nave, etc...

LOL!

Envio editado por: Iyanna, el: 2009/12/29 00:22

Algo ha debido de ocurrir para que los enemigos se hayan masificado. De inmediato recuerdo a mis hermanas. ¿Estarán aisladas? Recurro al intercomunicador y contacto con la hermana superiora. "¿Hermana? Si escucháis esto retiraos en dirección al subsector 14, hacia la puerta de sellado. Estamos montando una operación defensiva en este punto y requerimos todo el apoyo que nos podáis prestar. ¿Hermanas?".

De repente un gesto del siempre atento soldado Lukas llama la atención sobre el extremo de mi comunicador. El icor del demonio lo ha deteriorado ligeramente y no se puede determinar si sigue funcionando correctamente. Con un asentimiento de cabeza, guardo el comunicador y trato de no golpear el objeto más cercano para descargar mi frustración, un rosarius más para la noche.

"Señores, necesitaremos todas las tropas que podamos reunir. Propongo lo siguiente, si el soldado Lukas lo considera oportuno nos abriremos camino hasta las habitaciones que custodian las novicias sororitas y las traeremos hasta aquí. Con suerte llegaremos justo a tiempo para reforzar la posición antes de un posible ataque. Mientras tanto, el resto mantendréis la posición e intentaréis contactar con el puente de mando y coordinar al resto de sectores con el capitán".

Una mirada adusta recorre a cada uno de los soldados y veo como Lukas, con una sonrisa torcida, juguetea con su exquisito paquete de Wiston.
"Bueno ¿qué os parece?" y con una sonrisa hacia Lukas agrego "Y si salimos vivos de esta misión suicida, siempre nos queda el humo de la victoria" mientras toqueteo el servobolsillo en el que guardo el Wiston que me dió el Karskin.