LA LIBERACIÓN DE BONAVENTURE

13 años 11 meses antes #47621 por Vader
Respuesta de Vader sobre el tema Ref:LA LIBERACIÓN DE BONAVENTURE
Iyanna escribió:

Vader, ¿nos ponemos a rescatar trasfondo de 1º y 2º edición y lo posteamos por ahí? A lo mejor alguno alucina en colorines con lo del Starchild, por ejemplo, y eso de que el Emperador es un Dios del Caos. O con lo de los Cultistas Genestealers del Caos, o los Orkos del Caos, etc...


A buenas horas mangas verdes.;)
Todo eso ya lo comente en posts hace mucho, mucho tiempo en un post no tan lejano... (y lo dicutí con otros usuarios que lo recuerdan de forma similar pero no igual).

[b:358yxc7j]What part of phnglui mglw\\\\\\\\\\\\\\\'nafl Cthulhu r\\\\\\\\\\\\\\\'lyeh w\\\\\\\\\\\\\\\'gah nagl fhtagn don\\\\\\\\\\\\\\\'t you understand? [/b:358yxc7j]
[img:358yxc7j]http://www.gamehobby.net/images/logos/runequest_logo.jpg[/img:358yxc7j]

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13 años 8 meses antes #49721 por Konrad
Respuesta de Konrad sobre el tema Ref:LA LIBERACIÓN DE BONAVENTURE
[i:x0zpmmu0]Día 12. 8:35h.[/i:x0zpmmu0]

Una enorme y brillante llamarada de un intenso color naranja envolvió al edificio. Entró por la puerta y las ventanas de los primeros tres pisos de la fachada, y salió por todos los lados del edificio. El interior de esos pisos había sido enteramente calcinado, junto con cualquier posible ocupante. El tanque lanzallamas [i:x0zpmmu0]Hellhound[/i:x0zpmmu0] giró la torreta y avanzó un poco más por la calle, mientras un piquete de cinco guardias que avanzaba tras él incineraba con largos chorros ígneos los pisos superiores.

El tanque incineró un nuevo edificio de la calle, y otro piquete de soldados se encargó de peinar los pisos superiores. Así, metódicamente, avanzaban: un Hellhound limpiando, y cuatro piquetes de soldados tras él armados con lanzallamas que barrían lo que quedaba con fuego.

Tras ellos, avanzaba un pesado tanque de asedio [i:x0zpmmu0]Thunderer[/i:x0zpmmu0]. Su tarea era rematar la faena: una vez habían terminado los piquetes de soldados, de un cañonazo derrumbaba el edificio. La tarea de limpieza era metódica: ningún enemigo sobrevivía a las llamas, pero se aseguraban de que si quedaba alguno, quedara atrapado bajo los cascotes. El método era directo y brutal, pero no podían negar su efectividad.

Al frente de uno de los piquetes, iba el capitán Ivanick. Como el resto de sus hombres, iba ataviado con un largo capote ignífugo de color verde oliva, y con máscara antigás para poder respirar entre las nubes de cenizas que generaba su tarea. Cuando se derrumbó un nuevo edificio, sacó un mapa y un lápiz y lo tachó. Otro edificio del Bulevar San Leor estaba asegurado. Sabía que el resto de su batallón avanzaba por el resto de calles del casco antiguo limpiándolas tan eficientemente como ellos.

Su unidad era conocida formalmente como el 1º Batallón de Asalto de la Brigada Mixta 46 de Samotracia. Sus soldados eran reconocibles por los largos capotes, las máscaras antigás y su símbolo, una calavera amarilla con las tibias cruzadas de color rojo. Para el resto de unidades de la Guardia Imperial, eran los “Deshollinadores”. Al principio había sido un nombre jocoso, que les pusieron cuando veían a los soldados llegar con los uniformes grises por la ceniza después de una misión. Pero pronto la eficiencia y la brutalidad de esos hombres convirtió un mote gracioso en un apelativo infame. A los “Deshollinadores” sólo se aceptaba a aquellos soldados que seleccionaba el propio oficial de la unidad, el teniente coronel Dusan. Sólo eran elegidos aquellos soldados que habían demostrado una disciplina férrea y una falta de escrúpulos patente.

En los barracones se oían historias terroríficas sobre ellos: cómo habían incinerado un hospital lleno de civiles heridos en Nacedon sólo porque podía haber un francotirador escondido en el tejado, cómo habían ejecutado la población de una docena de granjas colectivas de Hagia para limpiar lo que consideraban la mancha del Caos… Se decía que hasta el propio Pacto Sangriento los temía. Sus brutales prácticas no habrían sido toleradas por el Comisariado de no ser por su indudable efectividad: siempre que el avance imperial era retrasado, los Deshollinadores rompían cualquier resistencia enemiga.

Ivanick se guardó el mapa y el lápiz en un bolsillo aislado y siguió el avance con sus hombres. Como todos ellos, era perfectamente consciente de la reputación que tenían. Y no le importaba lo más mínimo. Estaban orgullosos de su tarea, y despreciaban al resto de guardias imperiales por su debilidad y su poca capacidad de decisión.

Una nueva bola de fuego envolvió el edificio. Esta vez la limpieza le tocó al piquete de Ivanick. Petrenko y Sava, los dos soldados armados con el lanzallamas, apuntaron sus chorros al cuarto y al quinto piso. Dos lenguas de fuego entraron por las ventanas e incineraron los dos pisos. Les pareció oír gritos tapados por el fragor de las llamas, pero no les preocupó lo más mínimo. Un nido de herejes menos. Acabaron su tarea, y siguieron tras el Hellhound. El tanque de asedio ya daría más tarde cuanta de ese edificio.

Varios metros atrás, otro edificio se derrumbó por los pesados proyectiles del [i:x0zpmmu0]Thunderer[/i:x0zpmmu0]. El capitán sacó su mapa y tachó ese edificio.

Un griterío le hizo levantar la cabeza. De la puerta de una casa salieron veinte personas ataviadas con el uniforme de la milicia hereje. Salieron con las manos en alto, y arrojaron sus maltrechos rifles automáticos al suelo, mientras se arrodillaban y pedían clemencia. El sargento Hamer, cuyo piquete era el más cercano a los recién llegados, miró al capitán. Éste asintió con la cabeza. Mecánicamente, los soldados de Hamer y de otro piquete cercano levantaron sus rifles láser y dispararon contra los milicianos. Fueron abatidos sin ningún tipo de compasión. Hamer y sus hombres se acercaron y los remataron a bayonetazos.

El [i:x0zpmmu0]Hellhound[/i:x0zpmmu0] continuó con su tarea sin hacer caso de lo acaecido. Incineró otro edificio. Varios metros atrás, otro edificio se derrumbó, y Ivanick lo anotó en el mapa. Habían ya limpiado más de medio bulevar. Otros doscientos metros, unos cuarenta edificios, y llegarían a la Plaza de los Santos, donde se encontraría con el grupo del mayor Kajkav, y donde le darían nuevas instrucciones.

Otro edificio ardió. De nuevo era el turno de Sava y Petrenko, y de nuevo incineraron los pisos superiores. Bajaron sus lanzallamas, y prosiguieron su avance. Otro edificio se derrumbó, y el [i:x0zpmmu0]Thunderer[/i:x0zpmmu0] avanzó. Bajo sus orugas aplastó a varios de los cadáveres de los milicianos. El resto continuaron allí, con los ojos vidriosos contemplando el cielo gris.

Habían decidido rendirse y escapar de sus amos del Pacto Sangriento. Pero la mala suerte les había llevado a tomar esa decisión frente a unos individuos que ni tan siquiera conocían el concepto rendición.

[img:rl5ziuli]http&#58;//i674&#46;photobucket&#46;com/albums/vv106/feofitotu/shooter-1&#46;jpg[/img:rl5ziuli]

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13 años 8 meses antes #49751 por Grimne
Respuesta de Grimne sobre el tema Ref:LA LIBERACIÓN DE BONAVENTURE
En los diversos Códex de la Guardia siempre se ha dicho que las tripulaciones de Hellhound están un poco piradas, pero ésta gente parece que va un poco más allá. Me recuerdan al Comediante de Watchmen.

[img:3ppbkf6b]http&#58;//img33&#46;imageshack&#46;us/img33/6517/firma2joy&#46;jpg[/img:3ppbkf6b]

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13 años 8 meses antes #50074 por Konrad
Respuesta de Konrad sobre el tema Ref:LA LIBERACIÓN DE BONAVENTURE
[i:oiiaelpm]Día 12. 16:00h.[/i:oiiaelpm]

-¡Rápido Hoeger, trae el maldito lanzacohetes!

Siempre las prisas. Las malditas prisas. Una cagada, un descuido, y luego tenía que arreglarse todo de prisa y corriendo. Y todo por el maldito empeño de no hacer las cosas pausadamente y con cautela desde un buen principio. Y siempre eran los mismos los que tenían que sacar las castañas del fuego. Tocaba aguantarse.

En la esquina de la calle, ardía el [i:oiiaelpm]Chimera[/i:oiiaelpm] tras recibir el impacto directo de un cohete antitanque. El idiota del sargento se había empeñado en tirar adelante, sin asegurar el terreno. Y así, de un sótano había salido el cohete que había mandado el vehículo a tomar viento. y a su lado, protegido por el muro de ladrillo, el causante de todo aquello.

-¡Hoeger, que nos tienen clavados! Ven aquí ya.

Para reforzar el argumento del sargento, una ráfaga de proyectiles de pequeño calibre acribilló la pared y el blindado destrozado. Hoeger se cargó el lanzamisiles al hombro y cruzó la calle en dirección al sargento, con la cabeza gacha y aprovechando la cobertura del [i:oiiaelpm]Chimera[/i:oiiaelpm] ardiente. Detrás de él, salió Sebastien, el municionero. Cruzó también la calle a toda prisa, cargando en la espalda con la pesada mochila de los proyectiles.

Ambos llegaron y se apoyaron en el muro, al lado del sargento. Éste estaba de tan buen humor como siempre.

-¡Ya habéis tardado, perezosos!

Sebastien le lanzó una mirada asesina, pero el sargento se había girado y asomaba la cabeza. Los labios del municionero apenas se movieron, y su voz era poco más que un susurro, pero Hoeger lo oyó perfectamente. O al menos creyó oírlo perfectamente.

-Eso, eso, asoma la cabeza, a ver si te levantan la tapa de los sesos…

Hoeger miró a su compañero, con la cara sucia por el polvo y el humo, y no pudo más que asentir a su comentario. El sargento era el típico ejemplo de suboficial de la Guardia Imperial: un imbécil y un inútil como los hombres bajo su mando, pero iluminado por las “altas” cotas de poder que había conseguido.

Hoeger deseaba ver como una bala acababa con él. Se imaginaba la escena: un golpetazo metálico seguido casi instantáneamente por un chasquido húmedo y un leve balanceo de la cabeza. Acto seguido un chorro de sangre saldría de su frente y le mancharía la cara. El sargento caería de espaldas, deslizándose sobre la montaña de escombros en la que se encontraban, mientras de un humeante agujero en el centro de su frente una nueva fuente de brillante sangre roja teñía los ladrillos y el pavimento.

Una ráfaga golpeó la pared. Para su desgracia, el sargento fue demasiado rápido y escondió pronto la cabeza. En fin, la cruda realidad. Maldito fuera el Emperador protegiendo a su tan ferviente siervo. Hoeger se quedó mirando la cara de su superior, mientras éste le daba la paliza de nuevo. Pero no podía dejar de imaginarse un agujero en el centro de esa frente sucia y sudorosa. Eso lo animó.

-En la parte baja de la casa hay una especie de ventanilla o puerta que debe dar al sótano. Tienen allí puesto el amiguito que ha acabado con el blindado. Derrúmbale la fachada encima.

Hoeger apartó levemente al sargento y asomó la cabeza. Vio perfectamente el sótano del que hablaba, el arma allí escondida, protegida por sacos de arena. Y también vio como de varias ventanas asomaban los cañones de otras armas. Escondió la cabeza a tiempo, cuando varias ráfagas de láser acribillaron de nuevo la pared.

-Sargento, necesito cobertura. Si me pongo con el lanzamisiles allí en medio, mejor me pinta una diana en el casco. Me van a freír.

-¿Cobertura? Hay que joderse. Coge este maldito cacharro, asoma la cabeza y dispara. Casa derrumbada, problema fuera. ¿Ves que fácil?

-Con todos mis respetos, y una mierda, mi sargento. Le tengo demasiado aprecio a mi cerebro como para que acabe esparcido por la calle. Necesito fuego de cobertura.

El sargento bufó, se llevó a los labios los dedos y silbó. Mientras daba instrucciones a sus hombres, Sebastien sacaba un proyectil de la mochila y lo introducía en el tubo del lanzacohetes. Tres hombres se situaron tras el vehículo en llamas, dos tras un montón de escombros bastante alto un poco más lejos y dos más en la casa opuesta al muro donde estaban los artilleros y el sargento.

Hoeger tomó el lanzacohetes y se lo apoyo en el hombro. Le habría gustado poder montarlo en el trípode, pero no había tiempo. Bien, no le preocupaba especialmente si su puntería se resentía. Ya volvería a probarlo a la siguiente.

-¿Listos, muchachos?

Sebastien bufó. Hoeger sabía por qué. Y sus compañeros pensaban lo mismo, sus caras con esa expresión entre el asco y la indiferencia. Que se callara ese maldito imbécil. A los cretinos de los oficiales y suboficiales les encantaban aquello de “muchachos”. Como si fueran sus padres. No señor, el padre de Hoeger estaba lejos de allí, pudriéndose en un cubículo administrativo de treinta metros cuadrados en una maldito ciudad colmena.

-¡Vamos!

Sacaron sus cuerpos de la cobertura y empezaron a disparar. Hoeger salió de detrás del muro y se arrojó al suelo, estirándose tras una viga de hormigón derrumbada e intentando ignorar la granizada de rayos láser carmesíes a su alrededor. Apoyó el cañón de su arma en la viga, y apuntó hacia la fachada del edificio.

Apretó el gatillo. El retroceso del arma le golpeó en el hombro, y aunque la armadura absorbió buena parte del golpe, Hoeger notó la fuerza del disparo. Una estela de humo salió disparada en dirección a una de las columnas que sostenían el balcón principal de la casa. Éste se derrumbó con un gran estrépito, levantando una nube de polvo y sepultando el sótano y el arma antitanques que allí había.

-¡Forrest, machaca las ventanas del segundo piso!

Un soldado escondido detrás del blindado asintió y asomó de su cobertura. Levantó su arma, y empezó a acribillar el segundo piso con granadas. Las estelas de humo salían disparadas e impactaban contra la fachada o entraban por las ventanas, explotando en el interior. La ráfaga de granadas fue indiscriminada. En varias ventanas asomaban las llamas de un pequeño incendio.

Las paredes continuaron siendo acribilladas por el láser. Sebastien salió de su cobertura y se agazapó tras Hoeger. Tomó otro cohete, y lo cargó. Se estiró al lado del artillero del lanzacohetes y disparó con su rifle. Hoeger disparó su arma. Otra estela de humo salió disparada, creando una nueva bola de polvo y cascotes al impactar contra el edificio. Un sector de fachada se derrumbó, levantando otra nube de polvo.

-¡Alto!

Los soldados pararon. Se oía ya sólo el crepitar de las llamas y algunos soldados tosiendo debido al polvo y al humo acre.

-Vamos hacia allá.

Sebastien miró a Hoeger con cara de sorpresa.

-¿Este tipo es idiota o es que a su madre le iba la xenofilia con orkos? Porque ha salido clavado al padre entonces…

-Calla, igual hay suerte y nos libramos de él.

El sargento salió de detrás de la cobertura de muro, al centro de la calle. Hoeger le rezó al Dios-Emperador en busca de un poco de justicia divina. El resto de soldados vacilaban.

-Venga inútiles, salid de una vez cacho cobard…

Un brillante rayo carmesí, un chasquido húmedo, seguidos de una vacilación de la cabeza y un chorro de sangre arterial. El sargento cayó al suelo, mientras se llevaba las manos al cuello. Un soldado intentó salir de detrás del tanque para socorrerlo, pero varias ráfagas de rifle láser lo disuadieron. El sargento quedó allí, en medio de la calle, emitiendo gemidos e intentando con las manos que la sangre que salía a borbotones de su garganta cesara.

Varios rayos acribillaron el cuerpo. Hasta que dejó de moverse. Hoeger se lo quedó mirando. Allí estaba, con las manos al cuello, con una expresión de dolor en la cara ya lívida, con un inmenso charco de sangre a su alrededor y el cuerpo acribillado por varios disparos. No eran tan poético como el tiro en medio de la frente, pero ya iba bien.

Se sentó, apoyando la espalda en el muro. Sebastien hizo lo mismo, y el resto de compañeros de su escuadra hicieron lo propio en sus respectivos lugares, procurando esconderse no fuera que un tirador espabilado y con suerte les volara la cabeza.

-¿Y ahora qué hacemos?

Hoeger se encogió de hombros, se llevó la mano al bolsillo y sacó un paquete de cigarrillos. Se llevó uno a los labios y le ofreció otro a Sebastien.

-¿Te apetece un cigarro mientras esperamos a que la bendita artillería envíe esa casa al infierno?

-No me parece un mal plan.

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13 años 8 meses antes #50077 por Archipirómano de Charadon
Me ha gustado mucho la relación con los suboficiales. Muy buena crac!

&quot;Purifica al spammer, quema al maleducado, ejecuta a los usuarios de lenguaje SMS&quot; Ordo Moderatus Imperialis.

[img:or6gs5na]http&#58;//img412&#46;imageshack&#46;us/img412/1056/ejrcitosdefantasyij4&#46;gif[/img:or6gs5na]
[img:or6gs5na]http&#58;//img147&#46;imageshack&#46;us/img147/8107/seriesdiferentesuh2&#46;gif[/img:or6gs5na]

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13 años 8 meses antes #50091 por Sidex
Respuesta de Sidex sobre el tema Ref:LA LIBERACIÓN DE BONAVENTURE
Mola, todo lo q un sgt no deberia ser nunca, ya q los altos mandos siempre son idiotas, al menso q los suboficiales sean minimamente competentes...

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