Los de Bilbao
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16 años 10 meses antes #25370
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INFORME DE BATALLA: LA LIBERACIÓN DE YAMMAM QUINTUM
El informe de batalla de ésta Telaraña es una de las batallas iniciales de la campaña por el Sector Espartus. Concretamente los Marines Espaciales de la 2ª Compañía de Ultramarines intentarán expulsar a una facción de la Legión Negra, los Heraldos de las Tinieblas bajo el mando de Señor Crepitus, del Mundo Fortaleza Yammam Quintum. El control del planeta depende de una batalla para controlar dos instalaciones de vital importancia (Ocupar y Mantener), y ambos bandos intentarán acercar una fuerza reducida de tropas básicas bajo la cobertura de la noche antes de lanzar el ataque total (Choque de patrullas).
La fuerza de los Ultramarines está considerablemente orientada al asalto y a la movilidad, cuenta con tres escuadras Tácticas, una escuadra Devastadora con cinco Marines, dos Land Speeders Tornado, una escuadra de Asalto con un Epistolario, una escuadra de ocho Veteranos de Vanguardia en un Rhino y finalmente la escuadra de Mando del propio Capitán Grimne, también en Rhino.
Los Heraldos han desplegado una fuerza con una potencia de fuego pesado sensiblemente superior y consta de una escuadra de Legionarios Negros de disparo a largo alcance, una escuadra de Legionarios Negros con armas especiales en Rhino, un Dreadnought, tres Arrasadores, cinco Aniquiladores, diez Rapaxes, ocho Elegidos, y el Señor Crepitus con su escolta personal de Marines de Plaga en Rhino.
DESPLIEGE
Crepitus y su escolta despliegan cerca de su objetivo para observar la situación antes de la llegada del resto del ejército.
Los Ultramarines despliegan dos escuadras Tácticas y dejan sus unidades de Cuartel General en la reserva. Una escuadra defiende el objetivo de los Ultramarines y otra ha aprovechado la cobertura del manto de la noche para acercarse lo más posible al objetivo.
Diagrama cortesía de Agramar y Kitiara.
Dos voluntarios se ofrecen a marcar los turnos de cada bando mientras se dedican miradas de reojo y se hacen gestos con las armas.
El informe de batalla de ésta Telaraña es una de las batallas iniciales de la campaña por el Sector Espartus. Concretamente los Marines Espaciales de la 2ª Compañía de Ultramarines intentarán expulsar a una facción de la Legión Negra, los Heraldos de las Tinieblas bajo el mando de Señor Crepitus, del Mundo Fortaleza Yammam Quintum. El control del planeta depende de una batalla para controlar dos instalaciones de vital importancia (Ocupar y Mantener), y ambos bandos intentarán acercar una fuerza reducida de tropas básicas bajo la cobertura de la noche antes de lanzar el ataque total (Choque de patrullas).
La fuerza de los Ultramarines está considerablemente orientada al asalto y a la movilidad, cuenta con tres escuadras Tácticas, una escuadra Devastadora con cinco Marines, dos Land Speeders Tornado, una escuadra de Asalto con un Epistolario, una escuadra de ocho Veteranos de Vanguardia en un Rhino y finalmente la escuadra de Mando del propio Capitán Grimne, también en Rhino.
Los Heraldos han desplegado una fuerza con una potencia de fuego pesado sensiblemente superior y consta de una escuadra de Legionarios Negros de disparo a largo alcance, una escuadra de Legionarios Negros con armas especiales en Rhino, un Dreadnought, tres Arrasadores, cinco Aniquiladores, diez Rapaxes, ocho Elegidos, y el Señor Crepitus con su escolta personal de Marines de Plaga en Rhino.
DESPLIEGE
Crepitus y su escolta despliegan cerca de su objetivo para observar la situación antes de la llegada del resto del ejército.
Los Ultramarines despliegan dos escuadras Tácticas y dejan sus unidades de Cuartel General en la reserva. Una escuadra defiende el objetivo de los Ultramarines y otra ha aprovechado la cobertura del manto de la noche para acercarse lo más posible al objetivo.
Diagrama cortesía de Agramar y Kitiara.
Dos voluntarios se ofrecen a marcar los turnos de cada bando mientras se dedican miradas de reojo y se hacen gestos con las armas.
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16 años 10 meses antes #25371
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PRIMER TURNO
Los Heraldos de las Tinieblas se hacen con la iniciativa mientras sus primeras fuerzas llegan a la zona en disputa. En su flanco izquierdo cuentan con un Rhino que avanza a máxima velocidad, una escuadra de Legionarios que se apresura a entrar en cobertura para buscar una buena posición de disparo para su cañón láser y un enfurecido Dreadnought que se lanza desbocado hacia delante dada la falta de objetivos en la oscuridad.
Los Arrasadores urgen a Crepitus a apartarse ya que justo detrás...
...llegan las escuadras de Aniquiladores y Rapaxes. Los Elegidos quedan en reserva debido a un astuto plan de Crepitus. Todas las fuerzas Caóticas se reposicionan en la fase de disparo en lugar de malgastar munición.
Todas las tropas de los Ultramarines llegan en éste turno, empezando por los Land Speeders por el flanco izquierdo.
Más al centro han aparecido el Rhino del Capitán y la escuadra de Asalto del Epistolario.
Y finalmente en el extremo derecho los Devastadores, una escuadra Táctica dividida en dos escuadras de Combate y el Rhino de los Veteranos. Los Rhinos, los Devastadores y las escuadras de Combate avanzan todo lo posible intentando hacer uso de la cobertura y los descargadores de humo. El Epistolario ordena a sus acompañantes que se mantengan en cobertura a la espera de acontecimientos. En el turno de disparo, los Land Speeders intentan usar los cañones de fusión sobre el Dreadnought enemigo pero están fuera de alcance. Las dos escuadras Tácticas también intentan alcanzarlo con sus lanzamisiles pero no lo vislumbran con claridad en la oscuridad con el humo que los vehículos Caóticos han esparcido por el campo de batalla.
Los Heraldos de las Tinieblas se hacen con la iniciativa mientras sus primeras fuerzas llegan a la zona en disputa. En su flanco izquierdo cuentan con un Rhino que avanza a máxima velocidad, una escuadra de Legionarios que se apresura a entrar en cobertura para buscar una buena posición de disparo para su cañón láser y un enfurecido Dreadnought que se lanza desbocado hacia delante dada la falta de objetivos en la oscuridad.
Los Arrasadores urgen a Crepitus a apartarse ya que justo detrás...
...llegan las escuadras de Aniquiladores y Rapaxes. Los Elegidos quedan en reserva debido a un astuto plan de Crepitus. Todas las fuerzas Caóticas se reposicionan en la fase de disparo en lugar de malgastar munición.
Todas las tropas de los Ultramarines llegan en éste turno, empezando por los Land Speeders por el flanco izquierdo.
Más al centro han aparecido el Rhino del Capitán y la escuadra de Asalto del Epistolario.
Y finalmente en el extremo derecho los Devastadores, una escuadra Táctica dividida en dos escuadras de Combate y el Rhino de los Veteranos. Los Rhinos, los Devastadores y las escuadras de Combate avanzan todo lo posible intentando hacer uso de la cobertura y los descargadores de humo. El Epistolario ordena a sus acompañantes que se mantengan en cobertura a la espera de acontecimientos. En el turno de disparo, los Land Speeders intentan usar los cañones de fusión sobre el Dreadnought enemigo pero están fuera de alcance. Las dos escuadras Tácticas también intentan alcanzarlo con sus lanzamisiles pero no lo vislumbran con claridad en la oscuridad con el humo que los vehículos Caóticos han esparcido por el campo de batalla.
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16 años 10 meses antes #25372
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SEGUNDO TURNO
Y así da comienzo el segundo turno de los Heraldos.
Los Elegidos hacen un ataque por el flanco impecable y preparan sus rifles de plasma para atacar a los Ultramarines del extremo derecho.
El Rhino cargado de Legionarios acelera a tope sabiendo que en el siguiente turno estará en posición de apoyar a los Elegidos. El Dreadnought también avanza y abre fuego junto al cañón láser de los Legionarios cercanos. Ambos consiguen impactar en el Rhino de los Veteranos que queda protegido de los peores efectos gracias a su blindaje adicional, quedando acobardado.
Los Aniquiladores dedican todos sus esfuerzos a escalar pisos para lograr una posición de disparo óptima y los Arrasadores llegan al primer piso a pesar de sus pesados pasos. Los Rapaxes avanzan ligeramente y el Rhino de Crepitus vuelve a reposicionarse, quedando así su base cerrada a cal y canto frente a ataques enemigos.
Los Elegidos se cobran una cosecha sangrienta al exterminar a los Devastadores con sus rifles de plasma siguiendo órdenes directas de su Señor. Con ello los Ultramarines han perdido su unidad con mayor capacidad de disparo.
Los Arrasadores abren fuego sobre los Land Speeders con cañones láser especialmente mutados para la ocasión. A pesar de la astuta maniobra del Sargento al mando del escuadrón de ocultarse tras la torre de refigeración, las armas de los Arrasadores ignoran su cobertura destruyendo un Land Speeder y acobardando al otro. El superviviente recibe órdenes de buscar cobertura hasta que el artillero se recupere del fuerte impacto, con lo que el Capitán Grimne no podrá contar con sus armas temporalmente.
El Capitán sabe que debe reaccionar de manera decisiva, ya que los Heraldos han elegido muy bien sus disparos y han avanzado hasta posiciones desde las que pueden separar y disgregar a sus
fuerzas, abortando el ataque.
Dicho y hecho. Los Veteranos salen de su Rhino y avanzan hacia los Elegidos junto a una escuadra de Combate. El Epistolario también lo hace tras separarse de la escuadra de Asalto, que se coloca detrás de la base Ultramarine.
El piloto del Land Speeder maniobra tras las ruinas mientras intenta ayudar a su artillero, el Rhino vacío de los Veteranos hace un derrape hacia el flanco derecho y el Rhino de Grimne avanza hacia el centro para ponerse en vanguardia mientras mantiene la cohesión de sus fuerzas, pues conoce la inutilidad de un ataque descoordinado hasta que no se eliminen las amenazas de su flanco.
Desgraciadamente los Veteranos no logran alcanzar a los Elegidos y el fuego de las pistolas bólter no es efectivo, con lo que la escuadra de Combate se ve obligada a luchar en solitario. El Bibliotecario tampoco logra llegar a pesar de usar los poderes del Inmaterium para aumentar en gran medida su velocidad.
La escuadra de Combate lucha al máximo de sus posibilidades pero se ven superados por los Elegidos, que matan a cuatro. El último superviviente se niega a rendirse y contraataca eliminando a un Elegido con su cuchillo de combate.
Y así da comienzo el segundo turno de los Heraldos.
Los Elegidos hacen un ataque por el flanco impecable y preparan sus rifles de plasma para atacar a los Ultramarines del extremo derecho.
El Rhino cargado de Legionarios acelera a tope sabiendo que en el siguiente turno estará en posición de apoyar a los Elegidos. El Dreadnought también avanza y abre fuego junto al cañón láser de los Legionarios cercanos. Ambos consiguen impactar en el Rhino de los Veteranos que queda protegido de los peores efectos gracias a su blindaje adicional, quedando acobardado.
Los Aniquiladores dedican todos sus esfuerzos a escalar pisos para lograr una posición de disparo óptima y los Arrasadores llegan al primer piso a pesar de sus pesados pasos. Los Rapaxes avanzan ligeramente y el Rhino de Crepitus vuelve a reposicionarse, quedando así su base cerrada a cal y canto frente a ataques enemigos.
Los Elegidos se cobran una cosecha sangrienta al exterminar a los Devastadores con sus rifles de plasma siguiendo órdenes directas de su Señor. Con ello los Ultramarines han perdido su unidad con mayor capacidad de disparo.
Los Arrasadores abren fuego sobre los Land Speeders con cañones láser especialmente mutados para la ocasión. A pesar de la astuta maniobra del Sargento al mando del escuadrón de ocultarse tras la torre de refigeración, las armas de los Arrasadores ignoran su cobertura destruyendo un Land Speeder y acobardando al otro. El superviviente recibe órdenes de buscar cobertura hasta que el artillero se recupere del fuerte impacto, con lo que el Capitán Grimne no podrá contar con sus armas temporalmente.
El Capitán sabe que debe reaccionar de manera decisiva, ya que los Heraldos han elegido muy bien sus disparos y han avanzado hasta posiciones desde las que pueden separar y disgregar a sus
fuerzas, abortando el ataque.
Dicho y hecho. Los Veteranos salen de su Rhino y avanzan hacia los Elegidos junto a una escuadra de Combate. El Epistolario también lo hace tras separarse de la escuadra de Asalto, que se coloca detrás de la base Ultramarine.
El piloto del Land Speeder maniobra tras las ruinas mientras intenta ayudar a su artillero, el Rhino vacío de los Veteranos hace un derrape hacia el flanco derecho y el Rhino de Grimne avanza hacia el centro para ponerse en vanguardia mientras mantiene la cohesión de sus fuerzas, pues conoce la inutilidad de un ataque descoordinado hasta que no se eliminen las amenazas de su flanco.
Desgraciadamente los Veteranos no logran alcanzar a los Elegidos y el fuego de las pistolas bólter no es efectivo, con lo que la escuadra de Combate se ve obligada a luchar en solitario. El Bibliotecario tampoco logra llegar a pesar de usar los poderes del Inmaterium para aumentar en gran medida su velocidad.
La escuadra de Combate lucha al máximo de sus posibilidades pero se ven superados por los Elegidos, que matan a cuatro. El último superviviente se niega a rendirse y contraataca eliminando a un Elegido con su cuchillo de combate.
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16 años 10 meses antes #25373
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TERCER TURNO
Crepitus sabe que lleva ventaja, y que si puede seguir presionando a los Ultramarines la ventaja se puede disparar.
Por ello El Rhino de los Legionarios termina su carrera y desembarca a sus ocupantes que descargan sus bólters y armas especiales sobre los Veteranos.
Las tropas de armas pesadas de los Heraldos abren fuego sobre el Land Speeder restante y la escuadra Táctica más adelantada. El Land Speeder es destruído y cae a tierra y la escuadra Táctica recibe varias bajas aunque la mayoría de Marines consigue ponerse a cubierto de la andanada y por supuesto mantienen su posición en memoria del Primarca.
El Dreadnought del Caos también abre fuego aunque de nuevo sus disparos no son determinantes y los Legionarios observan con curiosidad cómo el Rhino vacío parece acelerar en dirección al bípode corrompido.
Desde su posición en las ruinas, el Legionario del cañón láser traza una línea de visión hasta el Epistolario de los Ultramarines. Decidido a aprovechar la ocasión, fija la mira y aprieta el gatillo... En el último momento, el Epistolario parece prevenir el ataque, mira en su dirección a pesar de la enorme distancia y se aparta, con lo que el disparo falla totalmente. El artillero suelta una maldición a los Poderes Ruinosos y su Paladín le amenaza con tormentos inimaginables si vuelve a distraerse de su cometido de destruír los transportes enemigos.
Los disparos de los Legionarios a corto alcance acaban con la vida de dos Veteranos de Vanguardia pero ésto no los detiene mientras siguen avanzando. El último Marine de la escuadra de Combate levanta su arma en desafío al Paladín Elegido que suelta una siniestra carcajada mientras ordena a sus subordinados que lo eliminen.
El Capitán Ultramarine sabe que ha llegado el momento decisivo, ya que a pesar de las bajas por disparos, sus Hermanos de Batalla están en posición de lanzar un duro ataque a los Traidores. Sabe que si falla ahora tanto él como sus hombres están condenados, pero como dicen en Ultramar: "Alea Iacta Est", así que ordena el ataque confiando plenamente en sus hombres.
El Rhino vacío acelera al máximo mientras el conductor entona la Letanía de la Firmeza, y estrella su vehículo contra el Dreadnought enemigo. Éste parece preferir atacarle en cuanto está a su alcance en lugar de bajar su hombro y afianzar las rodillas, por lo que el choque es brutal. El bípode consigue conectar un poderoso golpe, pero nuevamente el blindaje adicional cumple su cometido y el tanque sufre daños menores. Desgraciadamente parece que el ataque no ha conseguido causar daños estructurales en la abominación Caótica. El Rhino del Capitán vuelve a acelerar siguiendo al otro conductor. La segunda escuadra de Combate sale de la cobertura para reforzar la posición de la escuadra Táctica adelantada.
La retribución de Macragge llega por fín a los Marines Traidores del flanco derecho de los Ultramarines, y tanto la escuadra de Asalto como los Veteranos y el Epistolario traban combate con los Heraldos de las Tinieblas. El Epistolario desata los poderes del Inmaterium para darle una velocidad vertiginosa y una fuerza descomunal a sus golpes.
Los combates terminan con una victoria indiscutible para los Ultramarines, pero teñida de una nota fúnebre, ya que los Veteranos y el Epistolario han conseguido eliminar a todos los Elegidos menos a uno, que consigue impactar con su siniestro guantelete al Epistolario, dejándolo mortalmente herido y tendido en el suelo. La escuadra de Asalto causa cuantiosas bajas a los Legionarios Negros a cambio de uno de los suyos, y cuando los Traidores se vuelven para huír dándose cuenta de lo insostenible de situación son arrasados por completo.
Crepitus sabe que lleva ventaja, y que si puede seguir presionando a los Ultramarines la ventaja se puede disparar.
Por ello El Rhino de los Legionarios termina su carrera y desembarca a sus ocupantes que descargan sus bólters y armas especiales sobre los Veteranos.
Las tropas de armas pesadas de los Heraldos abren fuego sobre el Land Speeder restante y la escuadra Táctica más adelantada. El Land Speeder es destruído y cae a tierra y la escuadra Táctica recibe varias bajas aunque la mayoría de Marines consigue ponerse a cubierto de la andanada y por supuesto mantienen su posición en memoria del Primarca.
El Dreadnought del Caos también abre fuego aunque de nuevo sus disparos no son determinantes y los Legionarios observan con curiosidad cómo el Rhino vacío parece acelerar en dirección al bípode corrompido.
Desde su posición en las ruinas, el Legionario del cañón láser traza una línea de visión hasta el Epistolario de los Ultramarines. Decidido a aprovechar la ocasión, fija la mira y aprieta el gatillo... En el último momento, el Epistolario parece prevenir el ataque, mira en su dirección a pesar de la enorme distancia y se aparta, con lo que el disparo falla totalmente. El artillero suelta una maldición a los Poderes Ruinosos y su Paladín le amenaza con tormentos inimaginables si vuelve a distraerse de su cometido de destruír los transportes enemigos.
Los disparos de los Legionarios a corto alcance acaban con la vida de dos Veteranos de Vanguardia pero ésto no los detiene mientras siguen avanzando. El último Marine de la escuadra de Combate levanta su arma en desafío al Paladín Elegido que suelta una siniestra carcajada mientras ordena a sus subordinados que lo eliminen.
El Capitán Ultramarine sabe que ha llegado el momento decisivo, ya que a pesar de las bajas por disparos, sus Hermanos de Batalla están en posición de lanzar un duro ataque a los Traidores. Sabe que si falla ahora tanto él como sus hombres están condenados, pero como dicen en Ultramar: "Alea Iacta Est", así que ordena el ataque confiando plenamente en sus hombres.
El Rhino vacío acelera al máximo mientras el conductor entona la Letanía de la Firmeza, y estrella su vehículo contra el Dreadnought enemigo. Éste parece preferir atacarle en cuanto está a su alcance en lugar de bajar su hombro y afianzar las rodillas, por lo que el choque es brutal. El bípode consigue conectar un poderoso golpe, pero nuevamente el blindaje adicional cumple su cometido y el tanque sufre daños menores. Desgraciadamente parece que el ataque no ha conseguido causar daños estructurales en la abominación Caótica. El Rhino del Capitán vuelve a acelerar siguiendo al otro conductor. La segunda escuadra de Combate sale de la cobertura para reforzar la posición de la escuadra Táctica adelantada.
La retribución de Macragge llega por fín a los Marines Traidores del flanco derecho de los Ultramarines, y tanto la escuadra de Asalto como los Veteranos y el Epistolario traban combate con los Heraldos de las Tinieblas. El Epistolario desata los poderes del Inmaterium para darle una velocidad vertiginosa y una fuerza descomunal a sus golpes.
Los combates terminan con una victoria indiscutible para los Ultramarines, pero teñida de una nota fúnebre, ya que los Veteranos y el Epistolario han conseguido eliminar a todos los Elegidos menos a uno, que consigue impactar con su siniestro guantelete al Epistolario, dejándolo mortalmente herido y tendido en el suelo. La escuadra de Asalto causa cuantiosas bajas a los Legionarios Negros a cambio de uno de los suyos, y cuando los Traidores se vuelven para huír dándose cuenta de lo insostenible de situación son arrasados por completo.
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16 años 10 meses antes #25374
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CUARTO TURNO
Crepitus arde de furia al ver el violento final de su ataque por el flanco y, sintiéndo la llamada del Padre Nurgle instándole a extender sus bendiciones, da nuevas órdenes a los Rapaxes y al Dreadnought antes de hacer que su Rhino salga disparado hacia la ruina central que marca la nueva y previsible ruta de ataque de los Ultramarines.
El Dread ignora al Rhino que lo ha embestido y atraviesa la cobertura intentándo llegar al Rhino que contiene al líder enemigo y su escuadra de Mando. El disparo de los cañónes láser falla a pesar de la corta distancia, pero un último esfuerzo acerca el tanque a la distancia adecuada, y le asesta varios golpes terribles, destruyéndolo completamente. En su ofuscación por aplastar el vehículo no se da cuenta que el Capitán y su escolta han salido totálmente indemnes por el portón de atrás y avanzan hacia las ruinas centrales.
Los Rapaxes encienden sus infernales reactores y se lanzan hacia delante antes de tocar suelo y echarse a correr mientras recargan la energía de sus mochilas.
Los disparos Traidores caen en gran cantidad sobre los Tácticos defendiendo la Ruina central, que pierden a la mayoría de los suyos incluído el Sargento de la escuadra. Dos Marines, armados con un lanzallamas y un lanzamisiles, aguantan estoicamente el castigo.
Los Aniquiladores observan el campo de batalla antes de informar a Crepitus que el último Elegido ha sido abatido por el Sargento de los Veteranos de Vanguardia, que lo mató en combate singular con su arma reliquia en venganza de la muerte del Epistolario.
Una vez asegurado su flanco derecho, el Capitán Grimne ordena el avance total hacia el bastión enemigo, a sabiendas que se le termina el tiempo.
El antiguo Rhino de los Veteranos abre la marcha al entrar a toda velocidad en las ruinas arrasándolas aún a riesgo de quedar atascado para facilitar el camino de las fuerzas de ataque Ultramarines. La escuadra Táctica que defiende la base lanza un misil perforante contra el Dreadnought que no acierta debido al humo del Rhino destruído. La escuadra de Mando descarga sus dos pistolas de plasma sobre el blindaje trasero del bípode de los Heraldos, ya que éste parece todavía distraído por la destrucción que ha sembrado. Los disparos cuidadosamente dirigidos destruyen las articulaciones de las rodillas e incluso las pistolas bólter restantes consiguen cortar el cable de alimentación de los cañones láser. Parece que éste Dreadnought ya no amenazará la base de la Segunda Compañía. El Marine con el lanzamisiles del centro lanza un proyectil perforante contra el inmundo Rhino del Señor del Caos mientras su hermano con el lanzallams le cubre, pero parece que el blindaje adornado con runas resiste todo daño.
Los Veteranos avanzan hacia el Rhino enemigo que recula disparándoles con su combibólter mientras el Sargento de la Primera Compañía ordena a los Marines de Asalto que apoyen el ataque principal.
Éstos así lo hacen, y ven que su Capitán y su escolta han penetrado en las ruinas y la escuadra de Combate está a punto de hacerlo.
Los Veteranos de vanguardia matan al artillero del Rhino para después arrancar la puerta lateral con un puño de combate y lanzar granadas perforantes al interior para terminar de destruírlo.
Los Marines Tácticos de la base observan el avance enemigo en pinza y el de sus hermanos en punta de lanza y saben que pronto tendrán la oportunidad de apoyar la lucha con sus disparos, por lo que el Sargento ordena recargar todas las armas, fijar los objetivos y esperar.
Crepitus arde de furia al ver el violento final de su ataque por el flanco y, sintiéndo la llamada del Padre Nurgle instándole a extender sus bendiciones, da nuevas órdenes a los Rapaxes y al Dreadnought antes de hacer que su Rhino salga disparado hacia la ruina central que marca la nueva y previsible ruta de ataque de los Ultramarines.
El Dread ignora al Rhino que lo ha embestido y atraviesa la cobertura intentándo llegar al Rhino que contiene al líder enemigo y su escuadra de Mando. El disparo de los cañónes láser falla a pesar de la corta distancia, pero un último esfuerzo acerca el tanque a la distancia adecuada, y le asesta varios golpes terribles, destruyéndolo completamente. En su ofuscación por aplastar el vehículo no se da cuenta que el Capitán y su escolta han salido totálmente indemnes por el portón de atrás y avanzan hacia las ruinas centrales.
Los Rapaxes encienden sus infernales reactores y se lanzan hacia delante antes de tocar suelo y echarse a correr mientras recargan la energía de sus mochilas.
Los disparos Traidores caen en gran cantidad sobre los Tácticos defendiendo la Ruina central, que pierden a la mayoría de los suyos incluído el Sargento de la escuadra. Dos Marines, armados con un lanzallamas y un lanzamisiles, aguantan estoicamente el castigo.
Los Aniquiladores observan el campo de batalla antes de informar a Crepitus que el último Elegido ha sido abatido por el Sargento de los Veteranos de Vanguardia, que lo mató en combate singular con su arma reliquia en venganza de la muerte del Epistolario.
Una vez asegurado su flanco derecho, el Capitán Grimne ordena el avance total hacia el bastión enemigo, a sabiendas que se le termina el tiempo.
El antiguo Rhino de los Veteranos abre la marcha al entrar a toda velocidad en las ruinas arrasándolas aún a riesgo de quedar atascado para facilitar el camino de las fuerzas de ataque Ultramarines. La escuadra Táctica que defiende la base lanza un misil perforante contra el Dreadnought que no acierta debido al humo del Rhino destruído. La escuadra de Mando descarga sus dos pistolas de plasma sobre el blindaje trasero del bípode de los Heraldos, ya que éste parece todavía distraído por la destrucción que ha sembrado. Los disparos cuidadosamente dirigidos destruyen las articulaciones de las rodillas e incluso las pistolas bólter restantes consiguen cortar el cable de alimentación de los cañones láser. Parece que éste Dreadnought ya no amenazará la base de la Segunda Compañía. El Marine con el lanzamisiles del centro lanza un proyectil perforante contra el inmundo Rhino del Señor del Caos mientras su hermano con el lanzallams le cubre, pero parece que el blindaje adornado con runas resiste todo daño.
Los Veteranos avanzan hacia el Rhino enemigo que recula disparándoles con su combibólter mientras el Sargento de la Primera Compañía ordena a los Marines de Asalto que apoyen el ataque principal.
Éstos así lo hacen, y ven que su Capitán y su escolta han penetrado en las ruinas y la escuadra de Combate está a punto de hacerlo.
Los Veteranos de vanguardia matan al artillero del Rhino para después arrancar la puerta lateral con un puño de combate y lanzar granadas perforantes al interior para terminar de destruírlo.
Los Marines Tácticos de la base observan el avance enemigo en pinza y el de sus hermanos en punta de lanza y saben que pronto tendrán la oportunidad de apoyar la lucha con sus disparos, por lo que el Sargento ordena recargar todas las armas, fijar los objetivos y esperar.
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16 años 10 meses antes #25375
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QUINTO TURNO
El Señor del Caos de Nurgle sabe que le esperan grandes glorias si consigue desbaratar éste último ataque, así que eleva una plegaria a su corrupto patrón y dispone sus últimos movimientos.
Su escolta desembarca soltando ríos de inmundicia desde las puertas finalmente abiertas de su Rhino y adopta posiciones de disparo.
Los Rapaxes también han logrado una posición de disparo y el fuego de los Aniquiladores consigue inmovilizar al Rhino y destruír su bólter de asalto antes de que atraviese la última columna y aplaste a las tropas retropropulsadas.
Los arrasadores atraviesan la ya debilitada estructura del Rhino con sus cañones láser y observan cómo comienza a arder.
La escuadra de Mando evita todas las heridas debido a la cobertura y a los cuidados del Apotecario, pero los disparos de los Marines de Plaga caen sobre los Tácticos supervivientes. Aunque el Marine con lanzamisiles aguanta todo daño, observa como muere su último compañero y jura venganza rodeado de los cuerpos de su escuadra.
Y llegó el momento de la verdad, en el que se comprobaría si los Ultramarines harían pagar sus muertos a los Heraldos de las Tinieblas y se decidiría el destino de un mundo.
Las escuadras de Mando, Asalto y Combate salvaron los últimos metros, aunque ésta última quedó ligeramente rezagada e imposibilitada de apoyar a sus hermanos. Justo ántes del choque, una gran ráfaga de disparos de bólter y dos misiles perforantes impactaron a los Marines de Plaga, haciendo caer a varios. El Capitán disparó su pistola de plasma e incineró a un Traidor antes del último salto, uno de sus escoltas disparó la suya propia fallando mientras activaba su puño de combate, el Campeón de la Compañía rugió su desafío antes de blandir su espada y el Estandarte milenario de la Segunda Compañía fué izado en alto.
Ya que ambos líderes quedaron separados por los azares del combate, los dos lanzaron sus ataques contra los seguidores del otro. El Señor del Caos Crepitus volteó su Sacatripas en un gran arco, partiéndo por la mitad a tres Marines de Asalto, mientras que el Capitán Grimne conseguía acabar con dos de sus enemigos con su espada de energía a pesar de su gran resistencia. Llegado éste momento atacaron el resto de tropas. Los Marines de Plaga consiguieron acabar con uno de los Escoltas del Capitán, mientras que los Ultramarines los mataron a todos excepto a dos. El Paladín asestó un terrible golpe al Capitán, pero su Aura de Hierro le protegió totalmente de las mortíferas energías de su puño blindado. El Señor y el Capitán usaron el pasajero momento de calma para evaluar la situación y las posibilidades de vencer.
El Señor del Caos de Nurgle sabe que le esperan grandes glorias si consigue desbaratar éste último ataque, así que eleva una plegaria a su corrupto patrón y dispone sus últimos movimientos.
Su escolta desembarca soltando ríos de inmundicia desde las puertas finalmente abiertas de su Rhino y adopta posiciones de disparo.
Los Rapaxes también han logrado una posición de disparo y el fuego de los Aniquiladores consigue inmovilizar al Rhino y destruír su bólter de asalto antes de que atraviese la última columna y aplaste a las tropas retropropulsadas.
Los arrasadores atraviesan la ya debilitada estructura del Rhino con sus cañones láser y observan cómo comienza a arder.
La escuadra de Mando evita todas las heridas debido a la cobertura y a los cuidados del Apotecario, pero los disparos de los Marines de Plaga caen sobre los Tácticos supervivientes. Aunque el Marine con lanzamisiles aguanta todo daño, observa como muere su último compañero y jura venganza rodeado de los cuerpos de su escuadra.
Y llegó el momento de la verdad, en el que se comprobaría si los Ultramarines harían pagar sus muertos a los Heraldos de las Tinieblas y se decidiría el destino de un mundo.
Las escuadras de Mando, Asalto y Combate salvaron los últimos metros, aunque ésta última quedó ligeramente rezagada e imposibilitada de apoyar a sus hermanos. Justo ántes del choque, una gran ráfaga de disparos de bólter y dos misiles perforantes impactaron a los Marines de Plaga, haciendo caer a varios. El Capitán disparó su pistola de plasma e incineró a un Traidor antes del último salto, uno de sus escoltas disparó la suya propia fallando mientras activaba su puño de combate, el Campeón de la Compañía rugió su desafío antes de blandir su espada y el Estandarte milenario de la Segunda Compañía fué izado en alto.
Ya que ambos líderes quedaron separados por los azares del combate, los dos lanzaron sus ataques contra los seguidores del otro. El Señor del Caos Crepitus volteó su Sacatripas en un gran arco, partiéndo por la mitad a tres Marines de Asalto, mientras que el Capitán Grimne conseguía acabar con dos de sus enemigos con su espada de energía a pesar de su gran resistencia. Llegado éste momento atacaron el resto de tropas. Los Marines de Plaga consiguieron acabar con uno de los Escoltas del Capitán, mientras que los Ultramarines los mataron a todos excepto a dos. El Paladín asestó un terrible golpe al Capitán, pero su Aura de Hierro le protegió totalmente de las mortíferas energías de su puño blindado. El Señor y el Capitán usaron el pasajero momento de calma para evaluar la situación y las posibilidades de vencer.
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