Sempieterno.

16 años 3 meses antes #5696 por Kitiara
Sempieterno. Publicado por Kitiara
Freueman entró en el campamento cansado pero animosos por la batalla que acababa de tener lugar.
Llevaban tres meses en Silvania Prime, el mundo selvático para proteger a los colonos recien asentados de los posibles peligros existentes, hasta que fueran capaces de defenderse a sí mismos.
Lo que no esperaban era el asalto de una banda de renegados del caos, posiblemente esclavistas.Iban acompañadfos por individuos a todas luces mutantes, asi como por gigantes ataviados con recargadas armaduras de tonos chillones, con aberrantes escenas de depravación, que recordaban vagamente a un Astartes, como los que habia tenido el privilegio de ver en alguna de las innumerables campañas en que luchó a lo largo de su larga vida al servicio del Imperio.
Aunque el Capitán no era muy dado a rememorar o alardear de sus victorias, no pudo evitar recordar el brutal golpe con el que el cráneo de uno de aquellos guerreros había sido aplastado; el pie metalico de un mortero destruido por la detonación de una granada -que terminó con la vida de toda la dotación- fue certero al clavarse en la cabeza pelada y cubierta de cicatrices del que parecía ser el lider.
Cuando este cayó al suelo, Freueman sintió arcadas ante la visión de aquel tipo, con la recargada armadura de rostros aullantes y filigranas obscenas, cuyo rostro se retorcía de éxtasis en la agonía; los ojos brillantes se perdían en una mirada de placer más allá del dolor, mientras sonreía lamiendo la sangre que manaba de su cráneo, aderezada con coagulos de su propio cerebro y aferraba sus armas mientras celebraba la victoria de la muerte sobre su cuerpo corrupto, con entrecortados suspiros ahogados, como éxtasis sexual de una mujer tras horas de coito.
El yacente comenzó a desvanecerse, volviendose traslúcido a medida que los gemidos aumentaban en intensidad y volumen y sus constantes vitales se apagaban.
El Capitán, asqueado de nuevo con tan solo el recuerdo,se arrepintió de que sus pensamientos de que sus pensamientos divagaran en esos términos de autoengrandecimiento y, mientras pensaba que un siervo del Emperador debe dedicar su vida al servicio en exclusiva, olvidándose de uno mismo, se pasó una mano por el cabello, casi como quien despeja las ideas...y un mechón de pelo quedó entre sus dedos.
Alarmado, Freueman se volvió hacia un espejo cercano para ver como todo su cabello, incluso el pañuelo rojo que adornaba su frente, caían por encima de sus hombros como una lluvia incesante. Vio también como unas lineas negras cruzaban su frente y también su ´cráneo ya desnudo...y fue lo último que vio; a partir de ese momento, tan solo sintió... dolor y una agobiante impresión de lucha en su interior, como si alguien estuviera dentro de él.
De haber habido un espectador, hubiera podido ver cómo el Capitán se transformaba:
Los ojos tornaban de un blanco muerto girando en su propia cuenca, a un negro profundo, su cuerpo fue deformado por bultos y formas serpenteantes que desgarraban la piel sangrante de Freueman, provocándole espasmos de dolor tan intenso, que en otras circunstancias, hubiera hecho perder el conocimiento al más duro de los hombres.
Poco a poco, en un proceso que se alargaba de forma deliberadamente cruel, el Capitán Alexis Freueman se tronaba en una palpitante masa informe de vísceras y sangre de la que emergió, como una serpiente que cambia de piel o una mariposa impía que abandona su crisálida, Lucius el Sempieterno, Paladín de Fulgrim, Vástago de Chemos, completamente armado y formado, que relamiendose de los aún calientes restos orgánicos de su asesino, con una enfebrecida mirada de placer, murmuró entre jadeos de éxtasis:
-"¡Ah, Capitán Freueman! ¡Lo que yo daría por experimentar tan placentera agonía, tal lasciva comunión de placer y dolor...! Se debería alegrar, debería estarme agradecido...¡No todos tenemos la suerte de experimentar algo asi! ¡tan inconmensurable sensación es lo que todos anhelamos...!"
En la pechera de la armadura de Lucius, había quedado encerrado el rostro aullante de Alexis Freueman, en una mueca eterna de dolor y muerte...
Ante los gritos de agonía del enclaustrado Capitán , Lucius prorrumpió en carjajadas histriónicas y, con su espada de energía, legendaria hoja forjada en una región de la mítica Terra, conocida como los Urales hacía ya mas diez mil años, realizó un tajo en su rostro como recordatorio de ese día.
E, incapad de sentirse colmado con ese dolor, partió del campamento angustiado por la excitación que le provocaba la sed de nuevas formas de placer y dolor.

[img:rl5ziuli]http://i52.photobucket.com/albums/g8/AGRAMAR/demons/tzeench_dow_userbar.jpg[/img:rl5ziuli]
\"I seek that which I will never have in this land. Freedom to dream the dreams that are my own. Freedom to pursue goals that are my own. Freedom to make mistakes. Freedom to repent and freedom to...

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