Personajes de rol

Como me aburro, os posteo el trasfondo que me curré de a mi personaje preferido de la Llamada del Chtulhu.

Biografía de Lady Helen

Mary Helen Elisabeth Jefferson, nacida en la casa familiar de Battle (East Sussex) el 16 de Noviembre de 1908. De familia noble y adinerada, pasó una idílica juventud en el sur de Inglaterra, viajando en varias ocasiones a París e Italia acompañando a sus padres en diversos viajes de viajes de negocios. Tenía tres hermanos, el primero de los cuales era David Stuart Jefferson quien siendo diez años mayor que ella, falleció en la Gran Guerra en Septiembre de 1916, lo que la causó una gran conmoción que la hizo desarrollar un fuerte carácter que la acompañaría toda su vida.

En el verano de 1926 conoce a Sir Robert Yorkshire, un prometedor y recién titulado médico de buena familia con el que contrae matrimonio la primavera siguiente, trasladándose a su casa familiar en pleno corazón de Londres. Pero los avatares de la vida llevan a Sir Robert a aceptar enrolarse en el ejército al año siguiente y a ser destacado en la India por un periodo de cuatro años. Helen decide seguirle en vez de esperarle en la enorme y vacía casa londinense. La vida en la India es muy dura para Helen, poco acostumbrada a los rigores del país. A mediados de Febrero de 1928 Helen pierde el hijo que esperaba de Robert a causa de unas fiebres, lo que la marca profundamente. Sin embargo, las desgracias se acumulan hasta que en octubre de 1929 Sir Robert muere asesinado en una sublevación indígena. Helen entonces es embarcada con su difunto marido de vuelta a Inglaterra, donde se encierra en su casa para no recibir visitas ni volver a ser vista hasta mediados de agosto de 1931.

Con apenas 23 años cumplidos, Helen descubre que se la herencia de su marido ha permanecido desatendida todo este tiempo, así que decide tomar las riendas de sus asuntos personalmente para cuidar de su legado. Es en ésta época en la que empieza a frecuentar los círculos sociales londinenses, donde recibe por primera vez el sobrenombre de Lady Helen. Utilizando su poderosa presencia y habilidad para conectar con la gente adecuada, cultiva su imagen de joven viuda y rápidamente es consigue despuntar como una de las mujeres mejor consideradas de la City. Gracias a esto, promueve obras de Beneficencia, apoya al Museo Británico y colabora con otro sin fin de proyectos. De esta manera consigue derrochar educadamente una indecente cantidad de libras con la que labrarse aún más una reputación de benefactora, lo que por otro lado le reporta otros beneficios mercantiles adicionales para la hacienda familiar.

Para 1935 Lady Helen ya se ha negado a contraer matrimonio en varias ocasiones, aun siendo considerada pese a su edad uno de los mejores partidos disponibles. Actualmente está inmersa en varias obras de caridad por todo Londres y otros tantos, por lo que su agenda es muy apretada en estos días.

Economía y modo de vida

La mayor parte de la renta que recibe Lady Helen proviene de su difunto marido Sir Robert Yorkshire. Siendo ella la única heredera de la fortuna de los Yorkshire, Lady Helen dispone del control de la industria naviera y comercial familiar, así como infinidad de otros negocios dispersos por toda Inglaterra, desde arrendamientos de tierras, pequeñas fábricas textiles y demás. Por parte de su propia familia también posee otros tantos beneficios, principalmente en forma de bienes inmuebles e inversiones en distintos negocios obtenidos principalmente como regalo de boda o dotes. Todo esto hace que Lady Helen sea considerablemente rica dadas las circunstancias, si bien no tiene un control directo sobre dichos negocios, que funcionan independientemente y a su propio ritmo, controlados por directivos y abogados de confianza. Cuando se mencionó que se hizo cargo de la hacienda familiar en realidad queríamos decir que se puso al día en lo referente a qué posee, dónde y cuánto gana con ello, dado que no tiene capacidad alguna para influir en dichos negocios directamente. Sin embargo al final resulta ser la dueña de los mismos, o al menos la principal inversora, por lo que normalmente sus opiniones suelen tener bastante peso en las decisiones que se deban tomar. Aun así, no está implicada en las decisiones del día a día.

Varias de sus asuntos financieros son consideradas como 'asuntos especiales' a la hora de tratar con ellos. Dichos negocios o posesiones son tratados de diversa manera por Lady Helen, y en alguno de ellos incluso interviene directamente.

- Casa Familiar de los Yorkshire: aunque sobre el papel es la heredera de la misma en cuanto el padre de su marido fallezca, Lady Helen se niega en redondo a pisarla. Demasiados recuerdos tortuosos. Aún no tiene claro qué va a hacer con ella, no obstante.

- Hospital Infantil de St Lorenz: Lady Helen sufragó los gastos para la remodelación y ampliación del destartalado orfanato de los barrios bajos de Londres, entre otras tantas obras de caridad. Para asegurarse de que sería correctamente restaurado y para evitar papeleo burocrático absurdo directamente lo compró a un precio irrisorio, y lo transformó en un pequeño hospital Infantil. Actualmente es el punto negro de su economía, ya que no hace más que absorber más y más dinero de su hacienda, pero cuando sale el tema se niego a escuchar a sus contables.

- Cátedra Sir Robert Yorkshire de Estudios de Historia Mesopotámica de la Universidad de Eton: lugar de estudio de su marido, en su recuerdo donó una importante suma a la Universidad para dotar de una cátedra a la misma sobre una materia que era de su interés pero cuyo estudio nunca fue satisfecho.

- Mantenimiento de la Iglesia y cementerio de St Mary en Alcanbury, donde está enterrado su marido y su hijo muerto al nacer. Lady Helen no quiere saber nada de este gasto, marcada como 'gastos diversos' en los libros. Sin embargo puntualmente visita sus tumbas una vez al año en el cumpleaños de su hijo Robert, da una misa de difuntos y después vuelve a marcharse en el mismo día. El encargado del cementerio recibe una buena propina mensualmente por mantener sus tumbas en perfecto estado.


Amistades y conocidos

Los siguientes personajes son conocidos de Lady Helen:

- Lady Martha Johanson Fontainebleau: una vieja amiga de Lady Helen, la perdió de vista poco tiempo después de casarse cuando se mudó a París, y salvo alguna carta esporádica no volvieron a verse hasta que regresó a Londres. Lo primero que hizo fue sacarla de la apatía en la que estaba, y la forzó a salir de nuevo a la luz. Según los estándares Martha es una 'moderna'. Habla de política, le interesa la moda provocativa, la literatura, las artes y pasárselo bien a cualquier coste. De carácter extremadamente independiente, si no se ha casado aún no es porque no se deje cortejar, sino porque no la da la real gana hacerlo. Por supuesto, trae de cabeza a toda su familia. Lady Helen a menudo sugiere que eso es culpa de su herencia francesa. Actualmente trabaja de funcionaria en el Ministerio del Interior.

- Profesor Charles Dickenson: Amigo y mentor del difunto Robert, es una eminencia en Historia, concretamente en Historia Mesopotámica Antigua. Despistado, extrovertido y algo romántico, el profesor es la persona de mayor confianza de Lady Helen, y tiene gran influencia sobre ella. Aunque no se percate de ello, cada vez que sugiere alguna línea de investigación nueva, alguna necesidad monetaria para tal o cual asunto, o los méritos de alguno de sus alumnos, Lady Helen tomará cartas en el asunto de una u otra forma. Esto es conocido por el Decano y demás miembros importantes de Eton, así que tratan bien al atolondrado profesor y le consienten muchas extravagancias, dado que es la única persona que garantiza el continuo mecenazgo de Lady Helen.

- Sir Frederick Hardwell, director del Museo Británico de Londres. Aunque le fastidia de sobremanera tener que tratar con una mujer sobre temas referentes a su museo – es de la vieja escuela – el señor Hardwell es todo un caballero de los de antes. No soporta a los advenedizos, y posiblemente se dejaría cortar la mano antes que dejar pasar una incorrección. Este hombre redefine el concepto de flema inglesa a cada paso y gesto que hace. Escrupuloso en extremo y con memoria de elefante, es capaz de recordar perfectamente hasta los detalles más nimios de su museo, aunque no da crédito ni otorga favores especiales a nadie, independientemente de lo generosa que haya sido su donación. Lady Helen es un caso especial al respecto, dado que no sabe muy bien cómo reaccionar ante una mujer tan dominante como ella, por lo que suele ceder en las raras ocasiones en los que le solicita un favor.

- La Real Sociedad de Mujeres por la Beneficencia: son un grupo de viejas ricachonas que por decirlo crudamente matan el tiempo en diversas obras de caridad. Son la cremê de la cremê de lo más caduca, vetusta y anticuada sociedad victoriana Londinense, y aunque individualmente puedan parecer viejas solteronas amargadas, en grupo tienen una influencia terrible en prácticamente cualquier aspecto social respetable de la ciudad. Al fin y al cabo son madres, tías y esposas de la gente más importante de la City. Cuando inicialmente Lady Helen empezó a involucrarse en la vida social londinense tuvo que soportar su escrutinio despiadado en varias ocasiones, y consiguió su aceptación a base de paciencia y largas tertulias de ácidas críticas y sarcásticas observaciones hacia su persona. Aunque en realidad no las soporta se comporta como se supone que debe hacerlo una auténtica dama del siglo pasado frente a ellas, dado que tenerlas a su lado en mejor que tenerlas enfrente. Fue la Real Sociedad quien le otorgó el sobrenombre de 'Lady Helen' a base de llamarla así continuamente. Por lo visto, no querían que una mujer joven acabase siendo como ellas, así que omiten delicadamente toda referencia a su viudedad y a su apellido por dicho motivo. Este grupo está formado principalmente por las mujeres y viudas de varios ministros, banqueros y gente importante de la ciudad.

Familia

Lady Helen tiene los siguientes personajes como familia directa:

- Sir Archibald Yorkshire, padre del marido de Lady Helen. Este anciano vive retirado en su casa, de la que no sale mucho debido a su edad. Pasa los días sumido en la pena rodeado de la extensa biblioteca familiar. Lady Helen se siente incapaz de visitarle mientras esté en esa casa, pero periódicamente le escribe y se interesa por su estado. Debido a estar incapacitado por la edad, es Lady Helen la que se hace cargo de todos sus gastos y asuntos a través de varios contables.

- Sir Robert Yorkshire, marido de Lady Helen y fallecido en 1929 en una insurgencia indígena en la India. Todo el mundo recuerda que su matrimonio con Lady Helen fue obra de la pasión juvenil más que de una decisión tomada con cabeza. Se dice de él que era amable, generoso y en general un buen médico y un buen inglés. Lady Helen tiene mentalmente bloqueados los recuerdos de su difunto marido gracias a su reloj, que lleva consigo a todas partes.

- Robert Archibald Yorkshire, hijo de Lady Helen y Sir Robert Yorkshire, muerto al nacer en febrero de 1928. Finalmente enterrado junto a su padre a finales de 1929 en Alcanbury. Todo lo referente a él es tema tabú cuando Lady Helen está presente.

- Thomas Stuart Jefferson, padre de Lady Helen. Un testarudo hombre de negocios que labró su fortuna a base de trabajo duro, paciencia y más trabajo duro. Sin embargo pese a esforzarse todo lo que ha podido, se siente dolido por no haber conseguido ayudar a su hija en sus peores momentos. Actualmente está enfadado con su hijo Anthony, que no desea seguir con el negocio familiar. La única persona conocida con la que jamás ha podido en una discusión ha sido Lady Helen, y aunque siempre discuten por cualquier cosa ambos acaban siempre en ambas puntas de la casa terriblemente enfadados.

- Stephanie Jefferson, madre de Lady Helen. De carácter más cordial que su marido, ha llevado una vida de sacrificios esperándole en casa con la incertidumbre de si se lo había tragado el mar. Eso la ha hecho paciente y resignada. Siempre parece no afectarle las discusiones a gritos entre su hija y su marido.

- David Stuart Jefferson, su hermano mayor, muerto en 1916 en la Gran Guerra. Lo recuerda como alguien encantador y alegre, pero era demasiado joven y sólo tiene de él vagos recuerdos de infancia. Se casó joven y tuvo una hija que nació poco tiempo después. Su viuda se volvió a casar unos años más tarde.

- Charles Anthony Jefferson, hermano menor de Lady Helen y abogado de profesión. Pese a contar solo con veinticinco años de edad ha hecho carrera política de la mano del actualmente caído en desgracia Winston Churchill. Está casado y tiene una hijo de cinco y una hija de dos años, llamados Albert y Samantha.

- Diana Entice Jefferson, hermana menor de Lady Helen. Esta enamoradiza joven admira a su hermana mayor por encima de todas las cosas, y envidia en secreto a su amiga Martha Johanson. Apenas tiene diecisiete años recién cumplidos, y no para de dar problemas constantemente con su atolondramiento, su inocencia y sus ganas de vivir. Afortunadamente no la quitan el ojo de encima ni un momento.

- Agatha Jefferson, sobrina predilecta de Lady Helen, es la hija de David Stuart Jefferson, su hermano mayor fallecido en 1916. Por alguna extraña razón que escapa de la lógica, Lady Helen se siente completamente desarmada en lo que a su sobrina se refiere pese a la escasa diferencia de edad, y se muestra siempre muy tolerante con ella. El último disgusto que dio a la familia ocurrió cuando se quedó embarazada de un capitán de la Armada Americana, que partió poco tiempo después rumbo a África. Incapaz de soportar las miradas acusadoras de su familia, fue a vivir a casa de su tía donde permaneció hasta que dio a luz. Ahora trabaja en la nueva Biblioteca de Londres donde Lady Helen le consiguió un puesto de bibliotecaria, y vive por su cuenta. Las veces en las que visita a su tía y trae al pequeño Arthur son una alegría para la casa, aunque Lady Helen no puede dejar de sentirse incómoda al tener el crío en brazos.

- Mr. Pinkerton: es el gato de la mansión de Lady Helen. Negro, de pelo corto y ojos verdes, tiene muy mal genio cuando se le molesta y es extremadamente territorial. Un día apareció por la cocina y sencillamente decidió quedarse. Cuando pasado un tiempo Lady Helen se lo encontró rondando por la casa, decidió consentir que Mary se lo quedas tras una breve explicación y una infantil petición de que se encargaría ella de cuidarlo y alimentarlo. Normalmente nadie le presta mucha atención a Mr. Pinkerton salvo cuando accidentalmente vas a sentarte encima y te bufa. Habitualmente Mr. Pinkerton no sale de la cocina, aunque tiende a dormirse de vez en cuando en la cesta de costura de Lady Helen en la sala de lectura.


La Mansión de Lady Helen

La Mansión de Lady Helen es en realidad un enorme caserón de varias plantas asentado en el corazón de Londres. Por su situación y riqueza familiar pese al debacle ocurrido en el 29 es considerada una de las mejores casas de la zona. La mansión fue construida por Sir Archibald Yorkshire como regalo de bodas a su mujer, y apenas ha sido reformada desde entonces.

Su exterior es frío, gris y sólido, evidenciando el carácter de la familia. Dispone de una sobria entrada y un muro de piedra y hierro que separa la casa de la calle, aunque el espacio entre ésta y el muro es tan reducido que no es posible tener siquiera un pequeño jardín. Traspasar la puerta tampoco revela nada del interior, puesto que el recibidor es minúsculo e igual de sobrio. Es aquí donde se reciben a las visitas y se atienden a los recados. Solamente atravesando la segunda puerta se accede al interior de la casa.

Normalmente acceder al interior sorprende a las visitas. A diferencia del exterior, Lady Helen ha transformado los pasillos y habitaciones para que sean mucho más acogedoras de lo que eran originalmente, colocando alfombras y demás objetos decorativos. El hall de entrada tiene una larga y amplia escalera que lleva al piso superior, y una serie de puertas que llevan a las distintas alas de la mansión. El suelo del Hall es de mármol y tiene un sencillo dibujo en forma de rosa de los vientos, y siempre brilla como un espejo, o Mary recibirá una buena bronca por su poco amor por la limpieza. Está decorado a demás con variados objetos de arte, bustos de familiares ilustres y un enorme carillón que monótonamente da la hora y cuyo tañido se escucha por toda la casa.

La casa tiene en su parte posterior las cocheras, que están vacías dado que Lady Helen no tiene caballos propios desde hace años aunque sí tiene un pequeño carruaje que ahora espera olvidado en una esquina. Lo que sí tiene es un automóvil, aunque no le gusta nada viajar en él al considerarlo una incomodidad. Fue adquirido hace poco tiempo y de su cuidado y manejo se encarga George, que habitualmente pasa más rato limpiando sus bujías que realizando sus tareas. El ala derecha de la Mansión está parcialmente en desuso. Aquí está la biblioteca, la sala de té, el viejo despacho del difunto Sir Robert, una sala de juegos y varias habitaciones de invitados. Por su parte, el ala izquierda comprende el comedor, cocinas, una sala de estar, despensas y varias habitaciones auxiliares.

El ala derecha

Habitualmente Lady Helen da mucho uso a la sala de té, que en realidad es una especie de sala de lectura. Tiene una pequeña chimenea, sillones de altos respaldos, y está bastante bien decorada. Es en esta sala donde se retira normalmente a sestear cuando ha pasado una mala noche y quiere estar lejos de las miradas indiscretas. También es donde recibe a las visitas y donde se la puede encontrar normalmente. Esta sala no está conectada con la biblioteca, pero sí está al lado de ella.

La biblioteca es una sala de dos pisos de altura, y tiene una pequeña pasarela que la circunvala y a la que se puede acceder desde el piso superior. Tiene largas y altas estanterías que están repletas de libros, aunque muchos de ellos han sido añadidos con el paso de los años y no tienen ninguna edición verdaderamente rara o importante. Algunos son genealogías viejas y aburridas, o pesados libros de historia, arte o incluso libros de teología que llevan sin abrirse décadas. La parte más utilizada es la que conforman las últimas adquisiciones de Lady Helen, una pequeña selección de novelas de diversos géneros, literatura infantil y quizás alguna que otra revistilla moderna a medio ocultar entre otros libros y que se ha librado de la purga de Sarah, que odia esos ‘descarados pepelotes llenos de ilustraciones inmorales’.

El despacho del difunto Sir Robert está cerrado y no se usa desde hace mucho. Cada cierto tiempo se vuelve a abrir, se ventila y se limpia, pero el resto del tiempo permanece desocupado. Aunque ya no está tal y como lo dejó en su día, el despacho mantiene todos los objetos personales que dejó Sir Robert en él en vida. Aquí hay libros de anatomía y medicina, varias imágenes de cuando estudiaba en la Universidad e incluso ciertos efectos personales guardados en sus cajones.

La sala de juegos es una habitación que ocupa una esquina de la planta. En ella es posible reunirse en grupo para jugar al billar, charlar o pasar el tiempo. Se usa poco en realidad, pues las visitas habituales de Lady Helen son los miembros de la Asociación de Beneficencia y suelen quedarse en la sala de lectura. Únicamente los ocasionales huéspedes de la Mansión hacen verdadero uso de ella.

El resto de habitaciones del ala son habitaciones de invitados, todas ellas acogedoras y cuidadas aunque ligeramente pequeñas. Se las da escaso uso, pero en cualquier momento pueden acoger fácilmente a cuatro invitados sin ningún problema. Una de ellas, la más próxima a la sala de lectura, tiene una cuna y algo de ropa, y pertenece a Agatha Jefferson, la sobrina predilecta de Lady Helen. La ocupó cuando estuvo viviendo con ella, y ha permanecido lista como si se tratase de una segunda residencia para ella. A veces aún es utilizada cuando viene de visita. La habitación fue escogida deliberadamente para que durante esa época Lady Helen pudiese estar pendiente de su sobrina mientras pasaba las noches en duermevela en la sala de lectura, pero es otro de los muchos detalles que nadie osa mencionar.

El ala izquierda

Una de las más retorcidas manías de Lady Helen es que todo el mundo debe de sentarse a la mesa a la hora indicada, y tiene que ser una mesa bien puesta. Una de sus ilusiones era vivir en una casa en la que a la hora de las comidas hubiese un enorme barullo de niños correteando y animadas conversaciones, por lo que exporta su estricto sentido de la puntualidad y trata de que todo el mundo se doblegue y lo cumpla a rajatabla. La sala es grande, espaciosa, y está bien iluminada. Quizás es un poco triste que tan poca gente se siente en la mesa, pero eso no impide que comer en su mesa sea un ritual sagrado y máximo exponente de la educación y las buenas maneras.

La cocina y despensas, así como la habitación preparada para que la vieja Sarah no tenga que moverse mucho, es un territorio vedado para Lady Helen y cualquier invitado. De hecho la propia Helen nunca ha puesto un pie en ella, ya que posiblemente Sarah le hubiese cerrado el paso tercamente. Aunque es espaciosa y está bien surtida, está infrautilizada debido a que únicamente debe atender a Lady Helen, al servicio y a las ocasionales visitas. A demás, todos los pedidos, paquetes y demás envíos se atienden siempre en cocina, gracias a una puerta anexa que da directamente a una calle secundaria.

Por último, la sala que queda anexa al comedor debería ser utilizada como un lugar de reunión, pero no se usa mucho y está decorada como si fuese un museo, con cuadros viejos, esculturas y otros objetos de arte que o bien Lady Helen a heredado o ha recibido como regalo. Destaca en su colección varias vasijas mesopotámicas, cierto número de monedas antiguas y una modesta Biblia escrita en alemán hace casi un siglo que guarda celosamente tras una vitrina.

Segunda planta

El piso superior de la mansión lo componen las habitaciones de la familia, por lo que la mayoría están vacías. Todas ellas sin embargo han sido utilizadas como propias por la familia de su difunto marido en algún momento, por lo que tienen todas ellas una disposición y decoración distintas. La habitación de Lady Helen es la principal y más grande, y tiene una enorme cama de recia madera que es más antigua que ella misma. Esta es la habitación que ocuparon los padres de su difunto marido y la que ella estaba destinada a ocupar junto a él, y realmente lo hace por pura fuerza de voluntad. Para evitar volverse loca cambió el mobiliario por completo en cuanto tuvo ocasión y pese a mantener un corte clásico los muebles se nota que son nuevos. Tiene un pequeño vestidor anexo lleno de ropa, pero sólo tiene al alcance de la mano aquella de corte más tradicional. Sus locuras y arrepentimientos posteriores se esconden en el fondo del armario. Varias docenas de cajas con sombreros de toda clase y origen se apilan en los altillos, y varios de ellos son realmente estrafalarios. El resto de las habitaciones permanece desocupada a menos que algún invitado especial la ocupe. El profesor Charles Dickenson, Lady Martha u otro miembro de su familia serían candidatos posibles. En una ocasión, dos de los huéspedes que tuvo en ese momento fueron un joven ayudante del profesor Dickenson y una joven parisina hija de unos viejos amigos de Lady Helen. Para evitar situaciones poco afortunadas, la joven fue hospedada en una de estas habitaciones, mientras que el joven tuvo que conformarse con las habitaciones de la planta inferior. De hecho llegó a encerrarla con llave por la noche.

Del resto de la planta cabe resaltar varias salas supletorias; el acceso a la biblioteca de la planta inferior; el espectacular baño de la casa, que tiene una enorme bañera profusamente decorada; y la sala de las plantas. Esta es una sala parecida a la sala de juegos de la planta baja que debido a la altura de la casa recibe una gran cantidad de luz solar a través de sus ventanales. Dado que la mansión no tiene jardín, aquí hay una enorme cantidad de tiestos con flores y otra serie de plantas que no deberían crecer en el frío y húmedo clima londinense, pero que gracias a los esfuerzos de Lady Helen de vez en cuando tienen la agradable sorpresa de encontrarse alguna que logra agarrarse y florecer. El resto de las veces se usa como una sala de lectura o parecido.

Atico

La escalera de mármol termina en la primera planta, pero otra escalera más modesta y de recia madera sigue su andar hasta el ático. Aquí están las habitaciones de los criados y el desván. Los cuartos son todos ellos bastante espartanos, pero son cómodos y prácticos. En otras épocas el servicio ocupaba las habitaciones de dos en dos o incluso de tres en tres, y había una férrea separación de sexos en la misma. Hoy en día el servicio es mínimo, y todo el mundo tiene su propia habitación y otras permanecen vacías. Sólo aquellas que están localizadas entorno a las chimeneas están habitadas para aprovechar el calor. Las pertenecientes a Claire, George y Sarah están, por un motivo u otro, desocupadas.

El desván de la casa es grande, oscuro, frío y está lleno a rebosar de baúles y cosas olvidadas hace tiempo. Aquí puede encontrarse de todo, desde ropa vieja a maletas de viaje, vajilla olvidada e incluso algún mueble que ya no se utiliza. A veces Mary entra a escondidas a rebuscar entre los trastos en busca de alguna curiosidad como parte de algún juego o entretenimiento, pero es la única que ha visitado el desván en muchos años.

El Servicio

Lady Helen tiene un escueto servicio para su estatus, principalmente porque la casa en la que vive es demasiado grande para una sola persona y les necesita para mantenerla en perfecto estado. Dicho personal consta de:

- Jarvis, Mayordomo de Lady Helen y hombre de confianza, encargado de todos sus asuntos personales. Es el hijo del mayordomo personal del padre de Sir Robert, y es casi diez años mayor que Lady Helen. Es muy tradicional, discreto y puntilloso, a parte de tener alguna clase cronómetro interno que le hace ser extremadamente exacto con las horas. Si se le ordena servir el desayuno a las 7:59, ten por seguro que a esa hora exacta tendrás la mesa puesta y el té caliente.

Jarvis acompaña a demás a Lady Helen si esta sale de casa a donde sea menester, haciéndose cargo de maletas, papeles y demás. A demás, lleva el dinero de Lady Helen, y se encarga de comprar billetes, preparar el viaje, llamar a un cochero, etc… Se encarga también de servir la mesa durante la comida y la cena, y muy importante, el té las cinco (lo prepara él). Aunque no lo parezca, tiene la posición más alta en la casa, dado que es el hombre de confianza de Lady Helen. ¿Hay que ir a por unos papeles importantes a un abogado? Jarvis. ¿Hay que comprar los billetes y preparar un viaje? Jarvis. ¿Hay que ir al banco? Jarvis. Como mayordomo, Jarvis tiene permiso para descansar un jueves de cada dos.

- La vieja Sarah es la Ama de llaves de la casa. Debe llegar casi a los setenta años, está mayor, no ve ni oye bien y se le olvidan las cosas, pero eso no la impide dirigir la casa con puño de hierro. Se encarga de la cocina y de regañar a Mary continuamente. Es el Ama de Llaves y en principio es responsable del día a día de la mansión, pero ya no puede hacerlo, por lo que su cargo es nominal y el resto del servicio disimula este hecho como mejor puede. Sarah ha servido toda su vida en casa de los Yorkshire y nunca ha tenido familia propia, por lo que Lady Helen tiene cierta deferencia hacia ella y tiende a dejar que proteste y se explaye tanto como desee

- Mary es la nueva adición a la plantilla. Con apenas dieciséis ha sido contratada y traída del orfanato de Lady Helen, donde era demasiado mayor para quedarse tras la muerte de sus padres. Lady Helen quiso así evitarla un destino peor, como tener que vivir en la calle. Es una chica amable que se esfuerza todo lo que puede, pero es extremadamente torpe y siempre anda metiendo la pata.

Toda tarea pesada y sencilla se le encarga a Mary. Desde cargar con bolsas a limpiar el polvo, pasar la escoba y fregar suelos. A veces va con otros sirvientes para aprender cómo hacer las cosas. Habitualmente se pasa el día limpiando y yendo de un lado para otro, por lo que no se la ve mucho el pelo. Hay dos momentos importantes en los que debe estar presente. Uno es cuando se sirve la mesa, porque Lady Helen está empeñada en que lo haga bien. El otro es cuando sale con Lady Helen de compras, porque la toca cargar con todas las bolsas. En realidad la tarea de ir de compras con Lady Helen es del Ama de Llaves, pero debido a su edad es Mary quien la acompaña. Eso sí, el dinero lo lleva Lady Helen porque no se fía de que no lo pierda.

- Claire: es la otra sirvienta de la casa, encargada del día a día. Casada y con dos hijos, vive fuera de la misma. Es bastante seria y tiene grandes dosis de sentido común. Aunque se lo oculte a Sarah, es quien en realidad toma todas las decisiones respecto a los quehaceres diarios.

Su tarea más importante es cuando ayuda a Lady Helen a vestirse y desvestirse, así como a peinarse. El resto del tiempo está ocupada limpiando la casa y en la cocina. Sólo se la ve cuando va a servir la mesa. No vive en la casa, pero acude todos los días a las seis de la mañana. Otra tarea importante es acompañar a Lady Helen a misa todos los domingos. Una vez que vuelva a casa, puede tomarse el resto del día libre

George: aunque Jarvis sabe conducir un coche, no tiene ni idea de motores, cambiar una rueda o cambiar el aceite, así que contrató a un joven mecánico para todas esas tareas. George es un pelirrojo risueño y alegre, hijo mayor de Claire, que sueña constantemente con participar en alguna carrera automovilística. Por ahora tiene que conformarse con llevar a Lady Helen a todas partes. Al menos Lady Helen tiene un coche lo suficientemente impresionante como para mantenerle distraído. Cuando no se requieren sus servicios de conductor se encarga de multitud de tareas adicionales, como la realización de pequeños recados y cosas así. Sin embargo entre sus tareas no está ocuparse de la casa, por lo que rara vez se le ve circular por ella. Vive en casa junto a su madre.

El Personaje y otras Peculiaridades

Carácter

La primera impresión que causa Lady Helen, sobre todo a los jóvenes, es simple y llanamente la de una persona amargada y mandona, como una vieja maestra cascarrabias que siempre está enfadada por algo. Se le escapa el genio fácilmente y parece ser más rígida y tiesa que un palo.

Lady Helen es ciertamente una persona que ha sufrido golpes importantes en su vida, como la pérdida de su hijo y la de su marido. Esto la afectó y durante mucho tiempo se recluyó en sí misma, pero finalmente parece haberlo superado. Comenzar a salir de nuevo con Lady Martha al mundo sacó a flote una vez más su marcado carácter anterior. Posee alguna clase de extraño magnetismo que afianza con una demoledora seguridad y una poderosa fuerza de voluntad con la que es capaz de aplastar montañas, por lo que suele llevar la voz cantante en muchos asuntos. También es muy seria, inquisitiva, devota y temerosa de Dios, y siempre está dispuesta a remangarse cuando hay trabajo por hacer.

Aquellos que la conocen comentan que Lady Helen es como un faro que se alza en medio de la tormenta contra viento y marea, inamovible y eterno. Llevará todo a buen puerto sin importar las complicaciones y consecuencias, aunque se a base de testarudez y cabezonería. Aquellos pocos que la conocen de verdad dicen que en realidad es la continua pelea contra los elementos los que dan sentido a su vida. Si no estuviese tratando de arreglar los problemas de todo el mundo posiblemente no sería Lady Helen.

Interiormente Lady Helen es una mujer vulnerable. Todo lo referente a su hijo fallecido, su marido y su tortuoso pasado está mentalmente bloqueado para que no pueda afectarla, y su forma de enfrentarse a ello es tratando de arreglarlo todo. Sus obras de beneficencia, el orfanato a su cargo y el cuidado con el que atendió a su sobrina en contra de todos los convencionalismos sociales son una forma que tiene de huir de ellos. En el caso particular de de su sobrina fue el terror de la posibilidad de perderla a ella y al niño lo que le hizo preocuparse casi hasta la paranoia, aunque durante todo el tiempo se comportó severamente con ella sin dejar a traslucir ni una pizca de sus sentimientos.

El profesor Dickenson dijo una vez que Lady Helen es casi como una gallina que trata desesperadamente de cubrir con sus alas a todos sus polluelos, y quizás esté en lo cierto. El profesor y lady Martha son los únicos lo suficientemente cercanos a ella como para conocerla verdaderamente y no caer frente a su fuerte personalidad, aunque al parecer el profesor no es consciente de esto último. Su sobrina y el hijo que ha tenido son harina de otro costal, pues de algún modo traspasan su coraza limpiamente. Es totalmente incapaz de no sentirse obligada para con Agatha, aunque mantiene una prudencial aura de seriedad en todo momento. Sin embargo cada vez que coge en los brazos al pequeño, a lo que habitualmente se niega en redondo, sus defensas caen y se deshace del todo, sintiéndose totalmente confundida y nerviosa.

Descripción física

Debido a su regia educación, su carácter y el ambiente en el que ha crecido, Lady Helen tiende a ser sobria en sus maneras de vestir. Habitualmente viste con ropa algo pasada de moda, y no cruzaría la línea de lo más caduco y conservador ni aunque le fuese la vida en ello. Habitualmente se recoge su cabello rubio en un moño o en otro peinado igual de poco atractivo y usa ropa cómoda y trillada para el día a día. La mayoría de la ropa de calidad que tiene sigue el mismo patrón, y posiblemente desentone bastante con la ropa habitualmente vestida por el resto de las mujeres del evento al que acuda. Jamás se la ocurriría por ejemplo llevar una falda justo por debajo de la rodilla o un escote al aire.

Lo único que le pierde a Helen son los sombreros. Aún es un signo de distinción y clase llevar un sombrero adecuado, y de esos tiene un montón en casa. Normalmente no tiene ocasión de lucirlos ni es posible que se atreviese a hacerlo, pero cuenta con algunos verdaderamente elegantes, aunque lady Martha opina que deberían seguir acumulando polvo y apolillarse en sus cajas.

Lady Helen siempre porta un par de objetos particulares en su indumentaria. El primero es un reloj de hombre que lleva colgado de una cadenita al cuello. Perteneció a su difunto marido, y siempre lo lleva semioculto. A demás, con los últimos años ha empezado a llevar unas gafas colgadas de una cadenita y que usa para leer.

Detalles absurdos adicionales

Otros detalles de Lady Helen son:

- Manías: la mesa correctamente puesta, observar y mantener en hora el reloj de su marido que lleva colgado al cuello, bordar a cualquier hora, dormitar y sestear a deshora (por las pesadillas nocturnas recurrentes), organizarlo absolutamente todo esté donde esté.

- Le gusta: el helado de vainilla, pero no lo reconocerá nunca. Los sombreros de cualquier clase, y la ropa ligeramente pasada de moda. Pese a todo también le gusta hacer de vez en cuando alguna locura, como ir a comprar a tiendas ‘modernas’ o salir de viaje de improviso y hacer visitas incómodas a sus familiares, amigos y protegidos, solamente para asegurarse de que todo les va bien sin que ella esté ahí.

- Odia: la salsa de avellanas. Siempre cuenta que la probó de niña en uno de sus viajes y que aún le causa náuseas recordarlo. Lamentablemente esa salsa no existe en realidad, era muy niña para entender que sencillamente la carne que le sirvieron estaba pasada y enfermó por eso. Sin embargo se le quedó grabado y tampoco soporta las avellanas normales.

- Peculiaridades: es levemente miope. Lleva una cadenita con unas pequeñas lentes.


La peculiaridad de los nombres de Lady Helen

A Lady Helen se la reconoce por diversos nombres.

- Lady Mary Helen Elisabeth Jefferson: Figura de tal forma en su partida de nacimiento y en diversos documentos oficiales.

- Lady Mary Helen Elisabeth Yorkshire: Su nombre de casada. Insiste en seguir utilizándolo.

- Señora Helen Yorkshire. Es la forma educada de referirse a ella en una conversación de negocios, o con gente importante.

- Helen o Lady Helen: nombre habitual con el que se la nombra y por el que es conocida incluso en los círculos sociales. Todos sus allegados, familiares, protegidos, amigos y gente con la que tiene trato personal utilizan este apelativo de forma habitual.

- La Señora: es el nombre que le dan los niños del orfanato del Hospital Infantil de St Lorenz.

- Elisabeth: El único que la llama actualmente de esta forma es el profesor Charles Dickenson, puesto que es al parecer el nombre con el que se quedó cuando la conoció. Nadie que haya corregido al profesor ha obtenido resultado alguno en hacerle cambiar de idea. Es también el nombre que usaba de niña, y únicamente la seguía llamado así su difunto marido Robert.

- Betty: Únicamente Lady Martha Johanson la llama así, algo que aborrece. Suele usarlo de vez en cuando para fastidiarla. Por regla general la llama Helen.

- Señora Helen, Señora Yorkshire, Señora Helen Yorkshire: El servicio utiliza esta forma para referirse a ella.

Me encanta ese juego de rol, aunque mi personaje, tras la horrible muerte del anterior no tiene un trasfondo tan detallado como la tuya ^^


Muy currado

personalmente me parece es un poco mary sue...si,mary sue no gary sue...

todos tus personajes son iguales...no hay algo de variedad?

El juego de que va y tal? Despues de leerme todo este tochazo (si que te aburres tio) me han entrado unas remotas ganas de jugar.

EDITO:No no...la santa Wikipedia me ha abierto los ojos y se me han pasado las ganas del primer exyasis...ya no quiero jugar.

Envio editado por: abbadon, el: 2009/10/29 18:35

¿?

Es mi personaje preferido de la Llamada del Cthulhu... sin más. No sé qué le veis de Mary Sue, pero es precisamente lo contrario. Y los pnjs tampoco. Lo que pasa es que en vez de ponerle unas cuantas líneas, me dio por escribir, escribir, y no parar. ¿Qué más da? Y no sé qué le ves de 'igual' a los personajes. Este es el mismo que os enseñé una vez en Romudo, versión extendida. XDDDDD

Es el personaje más 'real' que he hecho nunca, aunque no lo parezca, lo único que no lo hace 100% creíble es que está adornado un poco con una idea un pelín exagerada y peliculera de lo que era principios del siglo veinte.

Pero lo dicho. Para gustos los colores. Es mi personaje preferido, y me da igual lo que piense la gente.

Pero hombre no te cabrees que no es para tanto!
creo que a lo que Agramar se refiere es a que sueles usar personajes femeninos y con características un tanto similares -como la arrogancia o los desordenes mentales menores...-
en cuanto a las Mary Sues... bueno, puedes intentar rebatirlo con la chorrada esta de test que rula por los internets
http://www.onlyfiction.net/marysue2.html
hey! te echas unas risas... sobre todo cuando luego la máquina te grite el resultado con inquina...
yo ya te di mi opinión en romudo; la exageración lo hace un tanto chocante a veces... claro que es para una partida de rol, no para una novela... <!-- s:evil: --><img src="{SMILIES_PATH}/icon_evil.gif" alt="" title="Evil or Very Mad" /><!-- s:evil: -->