Sigenandus
Mariscal de la Cruzada de Terra


El Gran Mariscal Sigenandus, que era un guerrero ferozmente vengativo, fue uno de los guerreros más temibles que hubo nunca al mando de los Templarios Negros. Cuando declaraba una cruzada, el enemigo al que iba dirigida, fuese el que fuese, quedaba condenado a partir de ese momento y hasta el fin de sus días, pues Sigenandus no le concedía ningún tipo de piedad hasta destruirlo por completo. Sigenandus montó en cólera al enterarse de que las flotas traidoras del Gran SeñorVandire habían destruido las fortalezas capitulares del Segmentum Solar y, a consecuencia de ello, movilizó cuatro flotas y partió hacia Terra en pos de la venganza.

 

Folker
Castellano de la Cruzada de Nimbosa

Aquel chico originario del mundo de Holscht que un día llegaría a convertirse en el Castellano Folker se presentó ante los capellanes de los Templarios Negros con la espada de su padre en las manos y se declaró preparado para enfrentarse a cuales fueran las pruebas que le esperaban. El Capellán Burkarys decidió que su alma guerrera era realmente fuerte y dotada del cariz implacable que requieren los Templarios Negros. El viaje hasta la fortaleza del capítulo a través de las montañas plagadas de dragones duraría más de una semana, durante la cual se atravesarían varias de las zonas más peligrosas del planeta, y representaría una prueba de la voluntad de supervivencia del recluta.

El viaje fue realmente arduo incluso para los Marines Espaciales y la mayoría de los reclutas no sobrevivió. Algunos cayeron por abismos profundos, cayeron muertos de agotamiento o fueron devorados por temibles dragones de las montañas. Al final, las puertas imponentes de la fortaleza capitular de los Templarios Negros se alzaron ante ellos como la pared de un acantilado de basalto, pero, al acercarse a aquel baluarte, de entre las rocas que tenían encima surgió otra manada de dragones de las montañas que se lanzaron de inmediato a por los reclutas.

Folker empezó a correr hacia las puertas de la fortaleza del capítulo, consciente de que los dragones eran demasiado rápidos y de que los reclutas no podrían huir de ellos. Cuando ya tenía a los dragones prácticamente encima de él lanzando potentes aullidos, Folker se dio la vuelta, se encaró a los monstruos y traspasó la garganta de la criatura más cercana con la espada de su padre. Los demás miembros de la manada se lanzaron entonces sobre el dragón abatido y empezaron a destriparlo frenéticamente mediante garrazos y mordiscos mientras los reclutas entraban en la fortaleza capitular. Cuando se cerraron las grandes puertas, Folker detectó la mirada de aprobación del Capellán Burkarys y tuvo la certeza de que iba a llegar a convertirse en un Templario Negro. En honor a la valentía de Folker, los artificieros del capítulo tomaron su espada y la transformaron en un arma rodeada de un campo de energía crepitante capaz de atravesar incluso las armaduras más gruesas. El arma le fue donada el día de su ascensión al rango de iniciado y es la misma arma que el castellano sigue utilizando hoy en día.

  

Gervhart
Instigador de la Segunda Purga de Lastrati

El líder que inició la Segunda Purga de Lastrati, aparte de ser un guerrero temible y un estratega nato, fue un gran aficionado al estudio de la historia, cuyo interés por conocer y comprender la época inicial del Imperio solo era superado por los archivistas del capítulo. Estudió el arte de la guerra de todos los mariscales desde Sigismund y estaba muy versado en el uso del armamento y del equipo más arcano.

Gervhart fue uno de los pocos individuos que tuvo el honor de pisar el sagrado suelo de la Sagrada Terra, donde encabezó una procesión de guerreros a través de las multitudes congregadas hasta llegar a las mismas puertas del Palacio del Emperador. Allí inició una vigilia de un mes de duración para obtener la bendición del Amo de la Humanidad y posteriormente embarcarse en la Cruzada de Athalor.

En la trabajada muralla exterior del Palacio había muchos bajorrelieves muy antiguos que representaban batallas ya olvidadas y guerras pretéritas que el Mariscal Gervhart estudió con afán y en los que encontró muchas imágenes de lo que parecían ser guerreros de los Templarios Negros enzarzados en combate. Una de las figuras más imponentes llevaba un bastón de mando crepitante de energía y, al verlo, Gervhart se propuso crear un arma nueva como aquella.

Y así lo hizo, ya que, tras partir de Terra, Gervhart se dedicó inmediatamente a la forja de aquella arma, una imponente maza de energía, y adaptó su estilo de lucha para poder blandirla junto con su escudo de combate. Durante la Cruzada de Athalor (así como en la Segunda Purga de Lastrati) Gervhart abatió a un sinfín de enemigos del Emperador con aquella arma y, pese a que hoy en día su nombre va estrechamente relacionado con la Revocación de M.36, esta arma sigue siendo una de las reliquias más reverenciadas de los Templarios Negros.