El Paladín del Emperador

Desde que Sigismund fue nombrado Gran Mariscal de los Templarios Negros, otros han ostentado la posición de paladín del Emperador. La práctica de elegir un paladín del Emperador se ha extendido a otros capítulos, pero es para los Templarios Negros para quienes atesora un significado más profundo.

En teoría, cada cruzada es liderada por un paladín del Emperador, pero, en la práctica, hay uno por cada fuerza de Marines Espaciales que combate en ella. En la víspera de la batalla, uno de los Marines Espaciales del contingente recibirá una visión del Emperador y deberá presentarse ante los capellanes. Ellos lo ungirán como paladín del Emperador y se le otorgará la mejor arma y la mejor armadura de todo el ejército. Aunque no sean siempre las mismas, estas piezas se conocen siempre como la Espada Negra y la Armadura de la Fe. En batalla, el quehacer y honor del paladín del Emperador consiste en encontrar a los campeones enemigos y retarles a un combate singular, tal y como hizo Sigismund durante el Asalto al Palacio del Emperador. Aunque son pocos los enemigos que tienen campeones, para el paladín del Emperador es suficiente con acabar con sus líderes, así como con todo aquel desafortunado que se interponga en su camino. Se considera un mal augurio que el paladín del Emperador caiga en batalla, pero, si esto sucede, es el cometido de sus hermanos recoger el cuerpo del campo de batalla para recuperar la Espada Negra y la Armadura de la Fe.