Los capellanes de los Marines Espaciales son los líderes espirituales del Adeptus Astartes. Acompañan a sus hermanos marines espaciales a la batalla mientran cantan liturgias y les exhortan a llevar a cabo actos de gran valentía. Se trata de hombres siniestros que visten una armadura de ceramita negra y que se cubren la cabeza con las Máscaras de la Devoción. Feroces y devotos, son una inspiración para el resto de Marines Espaciales. Dirigen a sus hermanos desde la primera fila y consideran la guerra el mejor modo de adorar al Emperador. Los capellanes invocan el nombre del Emperador y el del fundador de su capítulo mientras despedazan al enemigo.

 

Los capellanes y la Eclesiarquía

"¡Alegraos! ¡Que la gloria de la batalla os envuelva! ¡Que el enemigo os tema, pues sois la ira personificada del Emperador!".

Capellán Remataan,
Capítulo de los Puños Imperiales.

Durante más de diez mil años, la Eclesiarquía ha sido una organización con mucho peso en el Imperio. El culto imperial que promulga la Eclesiarquía, también conocido como Ministorum, se ha convertido en la religión oficial y única del Imperio y atesora gran poder. Su influencia es enorme y los seguidores del Ministorum son fanáticos cuya fe no vacila. La Eclesiarquía es una organización que persigue todo signo de corrupción en la Humanidad. Toda desviación de las enseñanzas del culto imperial es penada duramente. La persecución del hereje por todo el Imperio es constante, puesto que la Eclesiarquía no quiere perder su influencia y acaba con todo culto o religión que intente desafiar su autoridad.

Los cultos de los Marines Espaciales son mucho anteriores a la época en que la Eclesiarquía comenzó a adquirir poder en el Imperio y ellos mantienen sus creencias tercamente, al tiempo que desprecian los desvaríos fanáticos del Ministorum. La ideología de los Marines Espaciales tiene diferencias teológicas fundamentales respecto de la de la Eclesiarquía. El mayor punto de discusión entre ambas organizaciones es su visión del Emperador. Para la Eclesiarquía, el Emperador es un dios, la mayor divinidad de la galaxia, el Salvador de la Humanidad y su más celoso cerbero. Los Marines Espaciales reverencian al Emperador como un hombre brillante e inspirado como ningún otro, pero un hombre en definitiva. Este es el mayor cisma que existe entre ambas organizaciones.

Parte de los integrantes de la Eclesiarquía considera peligrosos a los Marines Espaciales; individuos herejes. Hay Guerras de Fe que se han llevado a cabo por menos. No obstante, los Marines Espaciales son extremadamente leales al Emperador, incluso aunque no reconozcan su divinidad. Al mismo tiempo, los Marines Espaciales deberían ser objeto de adoración si se tiene en cuenta que comparten material y estructura genética con el propio Emperador. Aunque ocasionalmente haya disputas que rompen la paz entre ambas organizaciones, existe una tregua constante entre el Adeptus Astartes y el Ministorum.

Los capellanes de los Marines Espaciales reciben un regalo por parte de la Eclesiarquía: el rosarius. Esta es una manera de demostrar el lazo de unión entre ambos estatutos, un pequeño y simbólico gesto para sellar la paz entre ambos. Habitualmente, se trata de un colgante en forma de cruz que los capellanes llevan alrededor del cuello y al que suelen referirse como "armadura de la devoción", capaz de protegerles hasta del impacto directo de un cañón láser.

Quehaceres dentro del Capítulo

"Cuando termina la batalla, canta la liturgia con voz clara. Muestra respeto por la valentía de los vivos. Ofrece el Rito de la Travesía a los muertos y honra su equipamiento de batalla. Hacer esto de forma reverencial, incluso estando exhausto tras el combate, es el quehacer del capellán. Es su carga y al mismo tiempo su satisfacción".

Capellán Interrogador Isiah,
Capítulo de los Ángeles Oscuros.

Los capellanes de los Marines Espaciales son figuras muy importantes dentro del capítulo y muy respetadas por sus Hermanos de Batalla. Un lazo muy fuerte les une al resto de los miembros de su Capítulo, puesto que están muy implicados en el día a día de un Marine Espacial casi desde el momento de su creación. Son una de las primeras caras que ven cuando entran a formar parte del capítulo como neófitos y son ellos quienes dirigen su adoctrinamiento. Los capellanes los instruyen en las creencias del capítulo y les ayudan a memorizar los diferentes himnos y liturgias que deben conocer. Aunque son muy estrictos, también tienen un gran sentido del deber y de la responsabilidad para con sus Hermanos de Batalla. Pelean con pasión y fe, siempre vigilando por el bienestar de sus compañeros.

Los capellanes son los líderes espirituales de la hermandad y guían a los Marines Espaciales en función de los juramentos de lealtad que le hayan hecho al Capítulo. Elevan oraciones al Emperador y a su primarca por la creación y existencia del Adeptus Astartes, aunque la manera de hacerlo varía de un capítulo a otro. Reconocen al Emperador como fundador y salvador de la Humanidad, aunque numerosas veces se habla de él en el Adeptus Astartes como un hombre cuya mera visión resulta aterradora. Algunos capítulos reverencian a su primarca como un dios o un semidios, mientras que otros solo lo consideran un superior, un ser mortal, un poderoso héroe de una época que terminó hace muchos años.

El reclusium es el lugar de adoración y oración más importante y se haya en la fortaleza monasterio del Capítulo. Es un lugar especialmente espiritual. En este lugar santo se guardan los artefactos y reliquias que tienen un determinado significado para el capítulo: fragmentos de la armadura del primarca o de otras figuras heroicas de relevancia para el capítulo. Los estandartes del capítulo y de sus diferentes compañías cuelgan de los muros santificados del reclusium; y los capellanes llevan a cabo sus sermones en este vasto lugar, donde enardecen los corazones de los Marines Espaciales con sus apasionadas exhortaciones. Las barcazas de combate o los cruceros de asalto del capítulo albergan monumentales catedrales en su interior, en las que el Marine Espacial pueda reforzar su devoción cuando esté lejos de la fortaleza monasterio del capítulo. De hecho, lo normal es que gran parte de los integrantes del capítulo se hallen diseminados por la galaxia cumpliendo diferentes misiones y combatiendo en campañas que pueden durar cientos de años. No obstante, los capellanes predican un credo muy sencillo y práctico, por lo que la presencia de una capilla no siempre suele ser necesaria. Los capellanes acompañan a sus Hermanos de Batalla a las diferentes cruzadas y los guían espiritualmente allí donde estén. Dirigirán sus rituales y plegarias, ya sea en el reclusium, a bordo de un navío de guerra o en mitad de la batalla.

Armadura de la devoción

La arcaica y ornamentada armadura que llevan los capellanes puede tener cientos e incluso, a veces, miles de años. Es un reverenciado elemento de equipo y muchos la consideran como una capilla móvil. La negra armadura suele ser decorada con joyas y embellecedores, como sellos de pureza, colgantes devocionales, etc. Estos sellos presentan infinidad de formas (cráneos alados, una representación del Águila Imperial u otros símbolos del propio capítulo...) y son siempre símbolos de dedicación. La máscara del casco de un capellán suele tener la forma de un cráneo, tanto para atemorizar al enemigo como para ganarse el respeto y la devoción de sus camaradas.

Entre los atuendos formales de un capellán se encuentra su báculo de oficio, el potente crozius arcanum. Este artefacto arcano y santo, que habi-tualmente suele estar adornado en su parte más alta con el águila Imperial o con un cráneo alado, se utiliza en las ceremonias oficiales. El capellán lleva este cetro a la batalla, lo que refleja la importancia ritual de la guerra para los Marines Espaciales. El crozius posee un fuerte campo de energía que le permite atravesar cualquier tipo de armadura con facilidad; y los enemigos, envueltos por brillantes explosiones de energía, caerán abatidos por el arma del capellán.

Los capellanes consideran la guerra como la forma más gloriosa de adoración. Ser guerreros espirituales e inspiradores es su principal quehacer, por lo que son elegidos de entre los más fieros y devotos Marines Espaciales. Dirigen a sus hermanos desde la primera línea de combate mientras cantan liturgias para exhortar a los Marines Espaciales a llevar a cabo grandes heroicidades en nombre de su capítulo y del Emperador. Apremian a sus camaradas para que revivan las glorias del Emperador, de manera que cada guerrero aspira a ser digno de su padre fundador.

Variaciones en los Capítulos

"Aprende a reconocer a la muerte cuando se acerca, pero no sucumbas a su mirada, pues tu propósito es mayor que el suyo...".

Capellán Hanius,
Capítulo de los Ángeles Sangrientos.

Los capellanes son quienes sustentan el culto del capítulo y los que se aseguran de su supervivencia y continuidad entre las filas de los Marines Espaciales. El Codex Astartes dicta el papel que debe desempeñar el capellán en el capítulo, según el arquetipo dictado por los Ultramarines en su momento. No obstante, estas creencias tienen diez mil años de antigüedad y hay muchos capítulos que las han adaptado a sus necesidades y han seguido su propio camino. Como consecuencia, el papel de un capellán variará de un capítulo a otro.

Los capellanes interrogadores del enigmático y secretista Capítulo de los Ángeles Oscuros son una variación siniestra de lo que dicta el codex. Están preocupados en exclusiva por perseguir y obligar a sus hermanos, los Caídos, a que se arrepientan. El Capítulo está obsesionado con este quehacer, así que todos aquellos que son capturados son llevados ante los Capellanes Interrogadores. Escondidos en el lugar más recóndito de la fortaleza monasterio de los Ángeles Oscuros, la Torre de los Ángeles, estos amenazadores Marines Espaciales harán todo lo posible por arrancar una confesión de los labios de un Caído. Los capellanes interrogadores dispensan una muerte rápida a aquellos que se arrepienten y un tormento inhumano a los que no lo hacen. Por cada Caído que confiesa sus pecados, el capellán interrogador puede añadir una perla negra a su rosarius. El capellán interrogador más efectivo de los Ángeles Oscuros fue el Maestro Molocia, que murió después de trescientos años de servicio al capítulo. A lo largo de su exitosa carrera, añadió diez perlas a su rosarius, un logro que permanece inigualado por ningún otro capellán interrogador

El rol del capellán en el Capítulo de los Manos de Hierro lo llevan a cabo los Padres de Hierro, quienes son a un tiempo los tecnomarines del Capítulo. Sus creencias han variado a lo largo de los milenios, de forma que ahora muestran una reverencia especial hacia lo mecánico, lo que ha trascendido a las creencias de su culto. Se rumorea que los Padres de Hierro llevan a cabo parte de su entrenamiento en Marte, planeta natal del misterioso Adeptus Mechanicus. Algunos integrantes de la Eclesiarquía consideran que los Manos de Hierro están corruptos, puesto que parece que veneren al Dios Máquina más que al propio Emperador. La desconfianza mutua entre los Manos de Hierro y el Ministorum ha resultado en violentos enfrentamientos en varias ocasiones,por lo que no es sorprendente que la Eclesiarquía se niegue a otorgar el rosarius a los Manos de Hierro.

Los capellanes de los maldecidos Ángeles Sangrientos son los guardianes del Capítulo y se mantienen en una vigilia constante en busca del más mínimo síntoma de la Rabia Negra. La Rabia Negra afecta a algunos Ángeles Sangrientos antes de la batalla haciendo que sus mentes se trastornen al revivir la muerte de su primarca. En la víspera de la batalla, los capellanes avanzan entre los Marines Espaciales. Entonan el Moripatris (la Misa del Destino) y van buscando los síntomas de la terrible maldición. Aquellos que sucumben a la aflicción son apartados de sus hermanos y pasan a formar parte de la temida Compañía de la Muerte. El propio capellán los dirige a la batalla, puesto que su locura y fanatismo les confiere unos poderes y una resistencia suprahumanos. Caen sobre el enemigo sin miedo y son capaces de aguantar heridas que acabarían inmediatamente con cualquier otro Marine Espacial. Buscan la muerte en batalla puesto que nada es peor que sucumbir a la Sed Roja. Los más oscuros rumores dicen que aquellos aquejados de la maldición y que sobreviven al combate son encerrados en la Torre de Amareo, en el mundo natal de los Ángeles Sangrientos, Baal. Se cuenta que aquí permanecen por toda la eternidad, sedientos de una sangre que nunca podrán probar. Los capellanes están al cargo de estos degenerados y son ellos los únicos que saben con certeza qué es lo que les pa sa a estos desdichados.

Los sacerdotes lobo de los feroces Lobos espaciales desempeñan a la vez el papel de capellán y apotecario de un capítulo codex. Se adornan con tótems lobunos y suelen llevar atemorizantes yelmos con la forma del cráneo de un lobo. Se encomiendan tanto a la forma física como espiritual de los hermanos lupinos y son los responsables del reclutamiento de los garras sangrientas de entre los más salvajes habitantes del mundo helado de Fenris y de su posterior adoctrinamiento. A veces, puede vérselos acuclillados sobre una colina observando los combates que llevan a cabo sus pupilos. Eligen a sus candidatos de entre aquellos que muestran ser más bravos y comprometidos.

Las creencias del Capítulo de los Lobos Espaciales, por otro lado, más parecen seguir leyes tribales que las normas preestablecidas de un capítulo codex. Respetan la heroicidad, pero no parece importarles el poder. Aunque no veneran al Emperador como a un dios, esto tampoco es de extrañar en el Adeptus Astartes. Reverencian al Emperador por ser el único que pudo vencer en combate a su primarca, el testarudo Leman Russ. Desdeñan la Eclesiarquía, aunque el sacerdote lobo acostumbra a portar el rosarius en las batallas. Aun así, alteran el rosarius para que tenga un aspecto de tótem lupino y no de símbolo eclesiárquico. Cuando invocan a su primarca y al Emperador en combate, no es tanto para pedir su ayuda, sino para llamar su atención y que se fijen en las gloriosas acciones que van a llevar a cabo.

 

 

Sacerdote Lobo Ulric el Matador

Ulric el Matador es una anciana y reverenciada figura dentro de su capítulo y muy temida por sus hermanos. Cuando era un garra sangrienta, lleno de furia, luchó en la primera guerra por Armageddon, donde se ganó su actual reputación. Se enfrentó al enemigo en los desiertos de aquel torturado planeta como parte de la Gran Compañía del Señor Lobo Kruger. Al margen de su falta de experiencia, luchó demostrando gran habilidad y salvajismo. En un combate cuerpo a cuerpo acabó con tres Marines Espaciales del Caos Devoradores de Mundos, gracias a lo cual se ganó el dudoso respeto de la corrupta legión, que elogia la marcialidad por encima de cualquier otra cosa. Ulric ha reclutado a grandes guerreros. Entre ellos se encuentrna Logan Grimnar, el actual señor lobo, y el impetuoso y brillante estratega Ragnar Blackmane.

Capellán Cassius de los Ultramarines

Cassius es el miembro vivo más anciano del Capítulo de los Ultramarines. Tiene casi cuatrocientos años y luchó mano a mano con el actual Señor del Capítulo de los Ultramarines, Marneus Calgar, cuando se enfrentaron a la flota enjambre tiránida Behemoth. Está cubierto de cicatrices, su piel está arrugada y coriácea y su pelo es blanco como la nieve. A pesar de su edad, combate con pasión y ferocidad, al tiempo que dirige a los Ultramarines a la batalla contra los enemigos del Imperio. La edad ha conferido sabiduría a sus artes guerreras, así que sus consejos son muy apreciados por sus hermanos. Siente un odio visceral hacia los Tiránidos, a manos de los que ha perdido a muchos Hermanos de Batalla. Ataca a estas bestias cada vez que es posible, sin importarle enfrentarse a estos colosos, e inspira a sus colegas para que lleven a cabo heroicos actos.

Capellán Xavier de los Salamandras

Se decía que el Capellán Xavier era el Marine Espacial que mejor representaba el espíritu de los Salamandras en la larga historia del capítulo. Respaldaba el Culto Prometeo y se dedicaba a realizar actos de fe y resistencia. Se dice que mató con sus manos desnudas una salamandra gigante de su planeta natal, Nocturne. Xavier era capaz de instigar un desmedido valor en el corazón de sus camaradas y se cuenta que, cuando él los dirigía, los Salamandras nunca se retiraron fuese quien fuese el enemigo. Murió mientras dirigía un heroico contraataque contra una fuerza de pérfidos Eldars Oscuros que habían erigido varios asentamientos en el mundo jungla de Drykeena. Herido de muerte, acuchillado por decenas de espadas envenenadas, siguió luchando, negándose a morir. Solo cuando el enemigo estaba vencido y él se alzaba sobre una montaña de cadáveres, dejó que sus heridas le afectasen. Sus hermanos llevaron su cuerpo a Nocturne, donde su nombre se pronuncia con gran orgullo.

Asmodai, Capellán Interrogador de los Ángeles Oscuros

Los Capellanes Interrogadores son verdaderos expertos en su campo, aunque ninguno disfruta tanto su trabajo como Asmodai. Su reputación es tan terrible que el enemigo preferirá matarse antes que caer en sus manos. Los rumores de las crueles torturas que ha infligido a sus cautivos estremecen al más valiente. Se dice que mantiene vivas a sus víctimas durante semanas incrementando su agonía cada vez más. En su cabeza solo hay sitio para esta tarea y utiliza las armas de la razón para conseguir que los Caídos se arrepientan de sus pecados. Estas armas poseen laberínticas conexiones neurales que destrozan el sistema nervioso de la víctima. Aunque el dolor y la agonía son intensos, no son letales, por lo que la tortura puede continuar de forma indefinida hasta que el sujeto esté destrozado tanto física como mentalmente y deseoso por confesar sus crímenes.

Capellán Lemartes, Guardián de los Perdidos

El Capellán Lemartes es una figura con gran voluntad entre los combativos Ángeles Sangrientos y dirige a la batalla a todos aquellos que han sucumbido a la Rabia Negra. Lemartes está afectado por la maldición, aunque es capaz de controlar su furia gracias a su fuerza de voluntad sobrehumana. Su autoridad solo puede ser igualada por el propio Comandante Dante; y tal es el respeto que le dispensan sus hermanos que es capaz, con una sola palabra, de contener la sed de sangre incluso de aquellos individuos afectados por la Rabia Negra. Equipado con su terrorífica Mascara de la Devoción, es la representación de la perdición de sus enemigos, una pesadilla a la que enfrentarse, el recipiente de su contenida furia.

 

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