En la fiesta centenaria en conmemoración de su ascensión, el Soberano Kyublai, el Gran Khan de los Cicatrices Blancas, anunció su intención de llevar a la justicia a uno de los grandes enemigos que jamás se ha enfrentado al capítulo. Kernax Voldorius era un príncipe demonio y el líder bélico de los renegados de la Lagión Alfa, un enemigo tan vil como cualquiera a los que se hubieran enfrentado los Cicatrices Blancas. Miles de billones habían muerto cuando Voldorius desató el implacable horror de la marea de sangre dos mil años antes, y billones más habían perecido en las masacres sacrílegas de Kento, Loran y Blindhope. Ahora, el Gran Khan declaró que el reinado triunfal de terror de Bladespite cesaría. Kor'sarro Khan, Capitán de la 3ª Compañía y Maestro Cazador, fue enviado en su busca con la orden de que no regresara hasta que consiguiera la cabeza del príncipe demonio.

Fue una caza que duró más de una década. Aunque Kor'sarro consiguió ver a su presa en los campos de batalla de Zoran y Kavell, y lo tuvo a distancia de ataque en las colmenas subterráneas de Modanna, la suerte siempre conspiró para salvar a Voldorius de su destino merecido. Por fin, la pista llevó a Kor'sarro Khan y a su compañía hasta Quintus, un planeta desolado al sur galáctico de Chogoris. Quintus había sido recientemente uno de los baluartes del Imperio frente a los brutales imperios pieles verdes de las Estrellas Jagal, pero eso ocurrió antes de la llegada de Kernax Voldorius. Mediante la intimidación y las falsas promesas, la partida del príncipe demonio se había infiltrado y corrompido el poder militar de Quintus. Los Cicatrices Blancas no se encontraron una simple partida del Caos, sino a todo un planeta dispuesto a combatirlos, y Kor'sarro no sería rechazado fácilmente.

Dejando su crucero de asalto en el sistema exterior, los Cicatrices Blancas montaron en sus cañoneras thunderhawk. Siguiendo trayectorias de sigilo trazadas rigurosamente, la nave de ataque se deslizó a través de la defensa de Quintus y aterrizó en los cañones devastados al sudoeste de la capital planetaria de Mankarra. Kor'sarro esperaba tener una batalla en sus manos para asegurar la zona de aterrizaje, pero no había enemigos esperándole, sino unos aliados inesperados; Kayvaan Shrike y la 3ª Compañía de la Guardia del Cuervo.

Shrike había estado en campaña en el sistema Targus cuando se enteró de la noticia de la caída de Quintus. Con la zona de batalla de Targus inclinada del lado del Imperio, Shrike había redesplegado a su compañía en Quintus y había librado una guerrila desde entonces contra los invasores de los Amos de la Noche. La experiencia en el pilotaje que había permitido que los Cicatrices Blancas aterrizasen sin ser percibidos por los rebeldes no había sido lo bastante hábil para pasar desapercibidos antes las fuerzas de Shrike,así que la Guardia del Cuervo se había reunido en el cañón para esperar su llegada.

La forja de una alianza



Mientras las naves de desembarco desplegaban los vehículos de apoyo de los Cicatrices Blancas, los dos capitanes celebraron un concilio de guerra, aunque ninguno confiaba en el otro sin reservas. La rivalidad entre los Cicatrices Blancas y la Guardia del Cuervo se remontaba a miles de años atrás, pero Shrike y Kor'sarro sabían que su única opción era dejar a un lado las diferencias aunque fueran importantes. La Legión Alfa y sus vasallos traidores eran demasiado numerosos para que una compañía los derrotase sin la ayuda de la otra, de modo que los planes de los marines espaciales debían hacerse con esta idea en mente.

La mañana siguiente, antes de que amaneciera, Shrike lideró a su compañía en un ataque sorpresa contra los traidores concentrados en una batería de defensa orbital a unos kilómetros al oeste de Mankarra. Este esa el método de combate que Shrike y sus hermanos habían perfeccionado contra las fuerzas del ¡Waaagh! Skullkrak, y en los momentos del inicio del asalto, las fuerzas traidoras huyeron en desorden. Una buena porción del complejo ya estaba en manos de los marines espaciales cuando Kernax Voldorius, presintiendo el peligro, envió a la mitad de su Legión Alfa y a una gran parte de la guarnición de Mankarra como refuerzos. Pero Shrike había trazado bien sus planes. Mientras el capitán de la Guardia del Cuervo dirigía a las escuadras de asalto al núcleo del complejo, sus fuerzas restantes se atrincheraron en el perímetro.

De modo que las tropas de refuerzo de Voldorius se estrellaron contra los bastiones de las fortificaciones exteriores del complejo de defensa como un océano contra una orilla rocosa. El teniente que dirigía el asalto era un enemigo astuto que retiró a sus tropas para evitar la masacre. En su lugar envió oleada tras oleada de cultistas y traidores bajo los cañones de la Guardia del Cuervo, malgastando sus vidas en busca de puntos débiles del enemigo para poder aprovecharlos. El punto débil apareció al final cuando uno de los bastiones se resquebrajó a causa del fuego de Ironsoul, un Baneblade manejado por su tripulación traidora. Viendo su oportunidad, el teniente lideró a sus reservas en el ataque.

Más de tres centenares de marines espacilaes del Caos se lanzaron sobre un único punto de las defensas. La Guardia del Cuervo reistió, disparando sus bólteres a la horda al ataque, pero sus efectivos eran menos y el enemigo feroz. Shrike emergió de las profundidades del complejo para liderar un contraataque y el enemigo se retiraba allá donde el capitán aparecía, pero, poco a poco, la Guardia del Cuervo empezó a ceder terreno. El teniente de la Legión Alfa rugió una promesa a sus dioses terribles y condujo a sus hombres adelante, por encima de los mueros y agonizantes. Fue entonces cuando los Cicatrices Blancas atacaron.

Antes de que Shrike emprendiese el asalto al complejo de defensa orbital, los Cicatrices Blancas se habían ocultado en las cuevas del sur. Ahora, con el grueso de la fuerza del Caos al ataque, los Cicatrices Blancas atacaron. Con un rugido de motores gutural, los rhinos y las motos aparecieron de entre las sombras y se lanzaron al combate. Ironsoul fue el primero en sufrir la ira de los Cicatrices Blancas. Aunque el comandante del Baneblade rugió a su tripulación, el inmenso tanque no pudo virar lo bastante rápido para hacer frente a la nueva amenaza. La vanguardia de Kor'sarro, formada por hábiles motoristas atravesó a los traidores que protegían los flancos del Ironsoul. Una vez efectuada su carga rompecuellos, los motoristas, se concentraron alrededor de los flancos del gigante de adamantio y concentraron sus disparos de sus armas de fusión y de sus lanzallamas sobre las barquillas laterales ylas rendijas de visión. Silenciaron una a una a las armas de Ironsoul, hasta que los motoristas se dirigieron hacia donde se encontraba luchando la Guardia del Cuervo, dejando atrás un tanque inutilizado y rebeldes muertos.

Los traidores, consternados por el asalto imprevisto a su flanco y el rápido destino sufrido por Ironsoul, huyeron. La Legión Alfa luchó hasta el último hombre, pero los Cicatrices Blancas los superaban. Los escuadrones de motoristas irrumpieron en las filas de marines espaciales del Caos con sus lanzas y espadas destellantes. Más Cicatrices Blancas que habían desembarcado de lso Rhinos abrieron fuego con sus bólteres sobre el enemigo. Para cuando Kayvaan Shrike lideró a la Guardia del Cuervo sobre las defensas y se unió al combate, el éxito de la batalla no estaba en duda.

Shrike y Kor’sarro no tuvieron tiempo para celebraciones. Voldorius y sus seguidores seguían con el control de Mankarra y, si disponían de tiempo, fortificarían aún más la ciudad. Tras dejar una pequeña guarnición en el complejo de defensa orbital, los cicatrices blancas se subieron a sus Rhinos y la Guardia del Cuervo a sus Cañoneras Thunderhawk.


Las defensas de Mankarra suponían un problema. Las compañías de Shrike y de Kor’sarro habían viajado ligeras y sólo contaban con un Vindicator, el Thunderheart. Afortunadamente, la eficiencia de la regla despótica de Voldorius no se había extendido a la reparación y mantenimiento. Una salva de misiles hellstrike de las thunderhawks de la Guardia del Cuervo y un bombardeo del Thunderheart derribó una parte considerable de las fortificaciones exteriores de Mankarra. Antes de que la guarnición traidora pudiera reaccionar, los Cicatrices Blancas se habían dispersado por la ciudad.

Como no querían verse atrapados en un combate urbano, los Cicatrices Blancas lucharon desde sus transportes, desembarcando únicamente para efectuar ataques rápidos. Los motoristas se lanzaron a toda velocidad por las calles y callejones, concentrándose en los puntos en los que los defensores no estaban preparados. Mientras los Cicatrices Blancas dirigían la batalla en las calles, las thunderhawk de Shrike desplegaron a una escuadra tras otra de la Guardia del Cuervo en los niveles superiores de manufactorums y basílicas. Asediados desde arriba y desde abajo, los defensores tenían pocas posibilidades de imponerse. Muchos arrojaron sus armas y se entregaron pidiendo clemencia, pero nadie la tuvo en aquellas calles teñidas de sangre.


Al final, sólo Voldorius y su guardia personal continuaban el combate. Infundido con el gozo de una batalla sangrienta, el príncipe demonio luchó aunque su probabilidad de vencer era imposible. Muchos hermanos de batalla cayeron bajo la ira de Voldorius aquel día, pero los marines espaciales consiguieron su venganza y siguieron presionando para acabar con su enemigo.

Rodeado, superado en número y atrapado junto a la Catedral de la Sabiduría del Emperador, a Kernax Voldorius finalmente le llegó la hora. El príncipe demonio no cayó fácilmente y su escolta personal de marines espaciales del Caos corrompidos y deformes luchó sin miedo, aunque sabían que no podrían ganar. Al final ni siquiera la fuerza de Voldorius consiguió imponerse ante la determinación de sus enemigos. Herido y rodeado por las garras de Shrike junto a una estatua caída del Emperador, Voldorius no pudo escapar de la venganza de la espada de Kor’sarro. De un golpe terrible, el capitán de los Cicatrices Blancas decapitó al príncipe demonio, destruyendo su corrupción para siempre.

Un mes más tarde, con Quintus en manos de un ejército de la Guardia Imperial enviado desde Tallarn, Kor’sarro y Shrike intercambiaron unas palabras y cada uno partió hacia un rumbo distinto. Shrike regresó a la zona de batalla de Targus. Kor’sarro Khan regresó con la cabeza de Voldorius como recompensa y fue recibido como un héroe en el gran palacio de los Cicatrices Blancas. Cada capitán se llevó consigo el respeto del otro y la gloria de una batalla difícil, y quizás el inicio de una hermandad restaurada entre capítulos que llevaban demasiado tiempo siendo rivales.


 

Gracias a IXI y rostenhoff por sacarlo del Codex de marines 5ª ed,ademas de agradecer a Fatharan por pasarnos la historia en pdf y a Blacklagoon por la imagen recortada y sin marcas ni logos.Dedicado a los 4.