Articulo sobre lobos espaciales.

 

 

Algunos de los Dreadnoughts más antiguos del Imperio pertenecen al Capítulo de los Lobos Espaciales. Estos venerables guerreros han luchado contra los enemigos del Emperador durante siglos o, en algunos casos, incluso milenios. Quizás el más famoso de todos ellos sea Bjorn Garra Implacable, un guerrero tan increíblemente anciano que caminó bajo los mismos cielos que el Primarca Leman Russ. Fue el primer Gran Lobo del Capítulo tras la desaparición de Russ y dirigió la primera Gran Cacería que tuvo por objetivo encontrarle.
La vida de Bjorn como Gran Lobo, no obstante, estaba predestinada a ser corta: La saga "Bjorn, el de la Garra Implacable" narra que recibió su herida mortal en la batalla en que dirigió a los Lobos Espaciales durante el rescate de sus hermanos de manada en la Fortaleza del Sol Siniestro. Su ataque fue un éxito, pero dejó a Bjorn tullido y a un paso de la muerte. Ni siquiera las formidables habilidades de los Sacerdotes Lobo podían salvarle, así que Bjorn pronunció como últimas palabras en carne y hueso que quería ser enterrado en el sarcófago blindado de un
Dreadnought. De esta manera, durante los quinientos años siguientes Bjorn siguió luchando por su amado Capítulo y destrozando a los enemigos del Emperador con la misma garra relampagueante que había sido su arma preferida cuando todavía caminaba como un hombre. En Algol Nueve destruyó al demonio Thran´saba y en los desiertos de Quaran abatió al Señor de la Guerra Orko Makrima. El psíquico renegado Vornalan también murió a "manos" de Bjorn y así se evitó una sangrienta rebelión en Thranx.


No obstante, ni siquiera la carne y el acero pueden vivir para siempre. Los largos años de guerras empezaron a cobrar su tributo en Bjorn, cuyos periodos de letargo en las cámaras selladas de estasis que hay debajo de los Salones del Gran Lobo eran cada vez más prolongados. En honor de un guerrero tan leal y valiente, los Sacerdotes de Hierro del Capítulo le permitieron descansar mientras mantenían amorosamente su envoltura de adamantium. Una vez cada mil años, Bjorn despierta de su sueño, conversa con los Sacerdotes Rúnicos, les regala los oídos con sagas olvidadas largo tiempo atrás y pone a prueba sus conocimientos de las antiguas leyendas para asegurarse de que todavía se sigue a Russ. Solo en momentos de extrema necesidad los Sacerdotes de Hierro llegan a considerar la posibilidad de despertar a Bjorn: una de esas ocasiones fue la Primera Batalla de El Colmillo.

La Primera Batalla de El Colmillo

Las circunstancias que llevaron a la Primera Batalla de El Colmillo y al despertar de Bjorn forman parte de una leyenda instructiva que avisa del peligro de confiar en las visiones enviadas por el Caos. Magnus el Rojo, el ciclópeo Primarca de los Mil Hijos, sentía un odio acérrimo por los hijos de Russ desde que destruyeron su mundo natal de Prospero durante los oscuros días de la Gran Traición. Los seguidores de Magnus atacaron los planetas cercanos a Fenris exterminando a poblaciones enteras y reduciendo a escombros planetas en su totalidad en una
campaña de terror que duró muchos años. El Gran Lobo Harek Yelmo de Hierro buscó a Magnus en vano para retarle a un combate singular; pero solo perseguía sombras, ya que su enemigo le eludía todas las veces. A medida que iban cayendo nuevos mundos, el deseo de Harek de acabar con la vida de Magnus crecía, hasta que acabó convirtiéndose en una obsesión.Magnus se burlaba de el en sueños, mientras se alzaba sobre las ruinas de mundos imperiales, riendose de el porque no pidia alcanzarlo. Su búsqueda le llevó a adentrarse en el Ojo del Terror y, por casualidad, fue a parar al mundo de Gangava. Allí creyó encontrar la base secreta de los Mil Hijos, por lo que asaltó el planeta a sangre y fuego. No obstante, Harek fue engañado: las fuerzas presentes en Gangava eran una mera distracción, cuidadosamente planificada por Magnus, cuyo objetivo era atraer a lo más poderoso del ejército de Harek hacia el planeta para que luchase contra sus aliados del Caos. Mientras tanto, los Mil Hijos aparecieron en la órbita de Fenris y lanzaron un ataque con todas sus fuerzas contra el hogar de los Lobos Espaciales, El Colmillo. Las defensas de El Colmillo consistían en una fuerza básica de Lobos Espaciales y de siervos, así que su caída parecía segura. Solo el líder más valiente posible podría tener alguna esperanza de salvar El Colmillo; por tanto, se decidió despertar a Bjorn Garra Implacable de su letargo milenario para que dirigiese a los defensores en esa, la más desesperada de las ocasiones.
Bjorn se hizo cargo de los Lobos Espaciales en uno de los contados casos en que un Dreadnought ha comandado un ejército de Marines Espaciales. El valor y la sabiduría en batalla de Bjorn fueron un ejemplo para todos y, durante cuarenta días y cuarenta noches, los guerreros de Magnus no pudieron romper las defensas de El
Colmillo. Bjorn había luchado en Prospero muchos siglos atrás como un Garra Sangrienta y no había perdido ni un ápice del ímpetu salvaje por el que son famosos esos guerreros. Estaba decidido a hacer que el enemigo se retirase de las puertas de la fortaleza fuese como fuese y la defensa de El Colmillo que llevó a cabo se recuerda en todo el Imperio como una obra maestra del arte del liderazgo y la organización militar. Planeó atrevidos asaltos contra las filas de los Mil Hijos y, en la oscura medianoche de los túneles que existen bajo El Colmillo, lideró defensas desesperadas y reagrupó a los Marines Espaciales y a sus siervos una y otra vez mientras eran empujados a niveles cada vez más inferiores. Derrumbando los túneles a su paso, los defensores acabaron con cientos de guerreros enemigos conduciéndolos a emboscadas y fosos cuidadosamente preparados por Bjorn. Una manada de Exploradores Lobos al mando de Haakon Ala Negra logró romper el cerco que Magnus había dispuesto alrededor de Fenris e informó de la batalla al Gran Lobo.

La furia y la vergüenza de Harek fueron terribles y puso rumbo inmediatamente a Fenris junto con la totalidad del Capítulo. Los Lobos Espaciales descendieron aullando de la órbita, cayeron sobre los Mil Hijos y los barrieron por completo de El Colmillo. Harek y Magnus se enfrentaron en combate singular al pie de la fortaleza, pero Magnus era un Primarca y, además, por añadidura, había sido elevado a la categoría de Príncipe Demonio por los Poderes del Caos, así que era un rival demasiado poderoso para Harek. Por todo esto, el Gran Lobo cayó; pero, con su último aliento, fue capaz de asestar un golpe mortal a Magnus antes de que los Mil Hijos huyeran de Fenris. Se dice que fue el propio Bjorn el que transportó el cuerpo de Harek hasta su lugar de descanso definitivo, cerca de la cima de El Colmillo. Tras completar su trabajo, Bjorn volvió al Salón del Gran Lobo para sumirse en su letargo hasta que el Capítulo volviese a necesitarle una vez más.

Se dice que lo jovenes escaldas de los lobos espaciales, asi como otros miembros del capitulo, suelen hacer perenigracion hacia la tumba de Harek y que este les habla en en sueños preveniendolos de la maldad del caos y sus engaños.

Sacado de varias fuentes, adaptado por me