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El Represor como todos los vehículos en el arsenal del Adepta Sororitas es una variante del chasis estándar del Rhino. Convertido para aumentar el compartimiento de transporte, incluyendo ranuras de disparo para las armas de los pasajeros y agregando una pequeña torreta y una nueva cúpula, el Represor tiene una apariencia distintiva. A diferencia del Rhino, el Represor no es considerado un vehículo para el frente de batalla, si no como un transporte de personal acorazado. Durante los combates urbanos, los compartimientos modificados del vehículo le permite a las Hermanas de batalla pelear de manera efectiva desde el interior del vehículo sin exponerse al fuego enemigo proveniente desde los edificios.

 

 HISTORIA 

 Es solo durante el milenio 41 que las Hermanas de Batalla han estado utilizando el Represor. Originalmente el vehículo fue destinado para que los Adeptus Arbites sofocaran rebeliones, equipado con una gran pala para limpiar el paso a traves de masas turbulentas y con un cañon de agua o un lanza granadas montado en una cúpula.

La operación registrada del uso del Represor por el Adepta Sororitas fue durante el levantamiento del Mundo Cardenalicio de Avignor, cuando una multitud de casi un millón de peregrinos, reunidos para los rituales del Día de la Ascención , fueron incitados a a rebelión por provocadores de una facción herética. Los precintos locales de los Adeptus Arbites se encontraron rápidamente superados en número mientras se enfrentaban a las masas armadas con armas saqueadas o capturadas. El desorden alcanzo una escala mayor cuando los agitadores se pusieron al mando de las acciones de la muchedumbre y los dirigieron hacia diversos objetivos. Una armería fue capturada y la situación se salio del control de los Arbites.

Las Hermanas de Batalla de la Preceptoría de la Orden de la Rosa Sagrada que vigilaban el Palacio Cardenalicio de Avignor se ofrecieron a ayudar a los asediados precintos de los Arbites. Las Sororitas organizaron una docena de Represores, reemplazando las armas no letales por sus lanzallamas pesados preferidos, y tomaron las calles purgando a los hereticos y sus seguidores de las sagradas calles de Avignor. Tomó dos semanas de intensos combates urbanos para que la revuelta fuera sofocada, con los Represores de las Hermanas de Batalla provando su valor. Después de la victoria, el Mariscal Comandante de los Arbites obsequió a la Canonesa-Preceptora todos los Represores sobrevivientes. Por años, después de la batalla de Avignor, solo las hermanas de la Orden de la Rosa Sagrada utilizaban el vehículo, y otras órdenes dentro de la Eclesiarquía susurraban que no era justo o sagrado, y que la orden debía estar restricta a las mismas reglas que todas las demás.

El problema llego a su punto máximo cuando el 291vo Sínodo Prioris de Terra debatió el uso del Represor por la orden de la Rosa Sagrada. Después de un acalorado intercambio de ideas, se acordó de que la victoria de Avignor había sido el deseo divino del Emperador, y por eso el Represor debía ser incluído en el canon de vehículos exclusivos del Ministorum. Desde ese día en adelante se le dio acceso al vehículo a todas las órdenes del Adepta Sororitas.

  

 

SACADO DE: Imperial Armour - Volumen Two - Space Marine & Forces of the Inquisition.