EL TACTICA IMPERIUM

El Tactica Imperium es el manual más leído entre la Guardia Imperial. Con todo, no se trata de un solo tomo y no tiene un solo autor, sino que es una extensa colección de documentos, doctrinas, manuales y notas aprobadas por el departamento Munitorum y la oficina del Comandante Supremo Militante de la Guardia Imperial. La colección de libros que compone el Tactcia se actualiza constantemente pero no de golpe, puesto que el vasto tamaño del Imperio impide una estandarización total.

Los orígenes del Tactica se remontan a los días en que se llevaba a cabo la Gran Cruzada del Emperador. En aquellos tiempos, se reclutaba a grandes números de tropas a gran velocidad y era evidente la necesidad de una estandarización para que todas estas tropas pudieran funcionar como un conjunto. Se incluyeron todos los textos disponibles y se distribuyeron para que por lo menos sirvieran de guía. Con el tiempo, esta colección inicial aumentó.

En el Tactica se puede encontrar tratados de construcción de fortificaciones de campo, la evolución correcta de una formación cerrada, los juramentos de lealtad que deben hacer los nuevos reclutas y los estatutos de la ley militar. Muchos de estos se adoptan de forma literal, aunque algunos deberían entenderse metafóricamente. Los tratados tácticos en concreto están sujetos a muchas interpretaciones diferentes. Su valor estriba en explicar los principios básicos de manera que puedan ser aplicados por un buen comandante cuando sean necesarios.

Sin embargo, el Tactica no puede tomarse al pie de la letra. En la guerra, las circunstancias cambian demasiado rápido para basar las decisiones en los dictados de un libro. Su valor se debe a que los nuevos oficiales siempre pueden encontrar una guía en sus páginas.

  

Pasajes mas conocidos

Un buen general no lleva aun ejército a la destrucción solo porque sepa que este le seguirá a cualquier parte.

No golpees hasta que estés preparado para aplastar por completo al enemigo, pero entonces ataca sin piedad, destruye todo vestigio de resistencia y no dejes a nadie con vida.

Identifica a tu objetivo. Concentra tus disparos y olvidate de todo lo demás. Cuando lo hayas destruido, elige otro objetivo. ¡Esta es la manera de asegurar la victoria!

Intenta siempre combatir al enemigo según tus propios términos. Si tu fuerte es el combate cuerpo a cuerpo, enfréntate a él en terreno denso, donde tu ventaja será mayor. Si eres bueno en combate a distancia, mantente alejado de el. Si eres superior en número, ataca en un amplio frente. Usa tus reservas para romper las líneas del enemigo cuando estas estén colapsadas. Si te ves superado en número, concentra tus efectivos de manera que el enemigo solo pueda combatir a tus mejores tropas. Nunca nadie ha perdido una batalla en la que haya sabido aprovechar los puntos débiles de su enemigo.

Una batalla en campo abierto es una trampa. En la guerra, un objetivo a la vista es una baja, por muy bien protegido que este.

Un comandante debe tener el coraje de ver su plan cumplido, para bien o para mal. Las guerras se ganan o se pierden en el despliegue.

Si eres fuerte, finge debilidad. Si eres débil, aparenta ser fuerte. Sea cual sea tu posición, ocultasela al enemigo y él se desgastará combatiendo a sus propios fantasmas.

Si el enemigo vienen en una gran horda, como acostumbran los orkos, intenta dirigirlos a un estrecho desfiladero oespacio cerrado de forma que la ventaja numérica se torne en su contra. Apelotonados unos contra otros, no podrán avanzar ni retirarse. 

En un ejército el equilibrio es la clave del éxito. Un comandante que ponga todas sus esperanzas únicamente en el armamento pesado perderá maniobrabilidad. Un comandante que confie demasiado en el combate cuerpo a cuerpo verá como caen sus fuerzas ante el fuego enemigo. Cada elemento debe estar en armonia, para que la efectividad del ejército sea mayor que la suma de sus partes.

Ataca al enemigo donde es más débil. Donde es más fuerte provocalo hasta que se encuentre atrapado. Donde es inseguro golpea rápidamente y destroza sus fuerzas.

El único riesgo justificable es el que puede hacer más daño al enemigo del que puede hacerte a ti. Todos los riesgos deben estar calculados a tu favor, si no, estarás peleando para el enemigo. 

El significado de la victoria no es vencer a tu enemigo, si no destruirlo completamente, erradicarlo de la historia, no dejar ninguna señal de sus esfuerzos, destruir todos sus logros y remover todo registro de su existencia. Ningún enemigo puede recuperarse de una derrota como esa. Ese es el verdadero significado de la victoria.

En la guerra una victoria es una parte de planeación y nueve partes de fe.

Un buen comandante no necesita tomar riesgos, solo espera a que su enemigo los tome.

Ser capaz de leer el terreno es una de las habilidades más importantes que un oficial puede tener. En el ataque, un comandante inteligente usará el terreno para ocultar su avance de la vista del enemigo. En la defensa, ocupará las posiciones provean a sus tropas de protección y una vista clara de las rutas por las cuales es más probable que el enemigo ataque. La correcta utilización del terreno puede darle a una fuerza inferior la oportunidad de vencer, mientras que usarlo incorrectamente puede llevar a la fuerza más poderosa hacia la derrota.

Una batalla no es sino una parte de algo mucho más grande. Cualquier estudiante de la guerra te puede decir que un comandante inteligente no se arriesgará a pelear una batalla a menos que este seguro de que pueda ganarla. Pero esto le da a la batalla una importancia que no merece. Pelear en una batalla, incluso una que no puedes perder, es una tonteria a menos que esta acabe con la necesidad de tener más batallas. Tu objetivo principal debe ser el de ganar la guerra, no una simple batalla. 

No arrojes a tus fuerzas ciegamente a la batalla. Antes de movilizar a tus tropas examina la situación. Revisa tu propia fuerza y la de tu enemigo. Recuerda tus objetivos y trata de anticiparlos a los de tu oponente. Entonces envia a las tropas que sean mas aptas para la tarea.

Son muchas las formas de la guerra. El asalto relámpago, la defensa tenaz, la estratagema; todas tienen su lugar y tiempo, muchas veces dictadas por el terreno el balance de las fuerzas que tienes a tu disposición. El arte de la guerra es aprender a como unir estas tácticas, terreno y fuerzas a tu mando para tu ventaja.

La fe de un guerrero en su comandante es su mejor armadura y su arma más poderosa.
 

 

Gracias a Kayl  BlackWulfen