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 Poralius, un verdadero corsario, fue el hijo de Urbit Poralius, el gobernador de Moracre, un planeta situado en la Franja Este. Memet se cansó de esperar durante años el momento de suceder a su padre y partió en busca de aventuras. Poralius viajó mucho y no tardó en toparse con el floreciente imperio Tau. Poralius forjó multitud de pactos ilícitos con los alienígenas y poco tiempo después fundó una ruta comercial desde el territorio Tau hasta su lejano mundo natal. A partir de entonces, la riqueza y la fama de Poralius aumentaron increíblemente, pues llenó los mercados y bazares de Moracre con toda clase de productos ilegales procedentes del imperio Tau. No contento con ello, Poralius empleó su riqueza para empezar una rebelión contra su propio padre, al que acabó por derrocar, tras lo cual se hizo con el trono con la sangre aún fresca en sus manos. Tras haberse hecho totalmente con el poder, Poralius se alió abiertamente con los Tau y durante cierto tiempo, Moracre gozó de gran prosperidad a la vez que la joven raza tau explotaba con gusto su recién forjada alianza.

Sin embargo, unas ganancias adquiridas de modo tan deshonroso no podían durar. Los tratos que Poralius mantenía con los alienígenas llamaron la atención del sacerdocio al tratarse de una época en la que el Imperio se estaba preparando para marchar a la guerra contra los Tau y Moracre serviría como buen ejemplo para aquellos que preferían a los alienígenas en lugar de a los hombres. Se envió a la Flota de Batalla Artemis a aquella región y se cortaron de inmediato las conexiones comerciales que durante tanto tiempo habían sido la fuente de la riqueza de Poralius. Tras hacerse con el control de la órbita, desplegaron casi tres docenas de regimientos de la Guardia Imperial sobre la superficie del planeta y el reinado de Poralius llegó a su fin.

O al menos eso creyeron todos. Sin embargo, Poralius logró escapar y, aún hoy, el resentido y vengativo Memet Poralius trabaja fielmente a las órdenes del imperio Tau al mando de la flota de protección más conocida, el Akunavash (un nombre muy tosco, sacado de una de las razas menos elocuentes del imperio, muchas de las cuales actúan junto a los exiliados humanos de su flota). Poralius sigue siendo un hombre muy peligroso que ya no alberga ningún tipo de compasión por el resto de humanos y para quien los alienígenas son amigos y aliados del mismo modo que los humanos son sus enemigos más odiados. Mientras que la mayoría de corsarios Tau creen de veras no ser más que los protectores de los derechos comerciales de su raza, para Poralius no se trata más que de una excusa para traspasar las fronteras del Imperio y, a la mínima impresión de peligro, lanzar un ataque despiadado y lleno de rencor contra la nación que lo vio nacer.

 

Sacado del BFG(antigua seccion de la pagina web de GW.Es)