Entre los pieles verdes existen pocos jefes con una reputación tan extendida y bien ganada como el jefe Snikrot . Este Orko es un lider líder militar de una habilidad sobradamente probada en el campo de batalla, y cualquier kaudillo Orko estaría más que dispuesto a postrarse frente a el con tal de hacerse con sus servicios. 

Snikrot y los Kraneoz Rojoz 

La leyenda del jefe Snikrot se originó en Armageddon, un planeta asolado por la guerra. Allí, tanto los soldados de la Guardia Imperial como los ciudadanos civiles susurran historias sobre un asesino nocturno al que llaman "El acechante", un terror de piel verde cuyos brazos están envueltos en las placas de identificación de sus víctimas, y cuyos cuchillos de crueles sierras han vertido por igual la sangre de nobles y de plebeyos. 

La mayoría de Orkos son tan estridentes y brutales que cualquiera que se enfrente a ellos tendrá tiempo más que suficiente para disponerse al combate. En cambio, los Komandos Orkos son extremadamente sigilosos y taimados, preparando emboscadas y trampas cuya sofisticación parece estar más allá de los conocimientos típicos de los demás pieles verdes. Pero incluso entre los Komandos Orkos hay una banda cuyas habilidades superan a las de todas las demás: los Kráneos Rojoz de Snikrot. Durante la primera invasión de Armageddon por parte de Ghazkhull, Snikrot y sus chicoz estuvieron entre los muchos miles de Orkos que se abrieron camino a través de las junglas ecuatoriales del planeta, dividiendo así Armageddon Prime de Armageddon Secundus. La tribu de Snikrot, cuya situación era ya de por sí penosa debido a la horrible letalidad del entorno, se vio rápidamente aplastada por las tropas de la Guardia Imperial especializadas en el combate de jungla, que operaban desde la cercana base Cerberus. Derrotados y con la moral por los suelos, Snikrot y los suyos se retiraron, jurándose a sí mismos conquistar esa jungla infernal, para luego volver y descargar su venganza contra los humanos. 

Ahora, Snikrot y sus infames Kráneos Rojoz luchan una brutal guerra psicológica sobre la superficie de Armageddon. Todo regimiento que sirve en Armageddon ha oído historias sobre Snikrot: historias de barracones enteros convertidos en mataderos, después de que Snikrot y sus chicoz se colaran dentro en plena noche y masacrasen a todos sus ocupantes mientras dormían; historias de columnas enteras de vehículos blindados reducidas a chatarra ardiente, y de patrullas de temibles cazadores de orkos de la Guardia Imperial que desaparecen sin dejar rastro. Cada día que pasa aumenta la reputación de Snikrot, así como el aura de miedo que le rodea.

  

 

 Por Adam Troke