La Gran Erosión siguió directamente a la Herejía de Horus. Con el Emperador confinado en el Trono Dorado y el Imperio sin un lider, las fuerzas del Caos y todos los enemigos del Imperio barrieron los indefensos mundos que habían sido asolados por las luchas durante la Herejía. La luz de la Gran Cruzada se había ido para ser reemplazada por un tiempo oscuro en el que la muerte prevalecía y la esperanza parecía muy lejana. Las fuerzas del Imperio fueron reorganizadas y re-desplegadas y, gradualmente, los seguidores del Caos fueron forzados a huir hacia el Oeste, al Ojo del Terror. Finalmente, el Imperio consiguió estabilizarse, pero no sin una gran pérdida humana y mecánica.
Los Ultramarines fueron un factor determinante en el éxito de Imperio, debido a que no tomaron parte en el asedio a la Tierra por estar luchando en el este galáctico. Roboute Guilliman era el mejor estratega militar vivo y actuó como un baluarte para las otras legiones de Marines Espaciales contra los enemigos del Imperio. Los días que siguieron a la Herejía fueron algunos de los más oscuros desde que el Emperador llegó al poder.
Se dice que Guilliman estuvo en todas partes durante ese periodo, dirigiendo y reforzando con sus Ultramarines antes de moverse a la siguiente zona de combate. Ni una sola vez dieron los Marines un paso atrás, tan fuerte era su fe en el Imperio y en las tácticas de Guilliman.
La Gran Erosión fue seguida de la Edad del Imperio, que llega hasta la actualidad.
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